Evitaba hacer muecas de dolor, bebía en cada piquete llegando a un momento donde ya no sentía nada; mareo y un leve dolor de cabeza estaba apareciendo. Ante las palabras de su líder el solo asiente.

-No- Dice al fin- No estuvo mal, pero me debes una camisa- Ríe leve. La botella estaba casi vacía.

—No te quejes o no habrá más alcohol para ti en lo que resta de la semana.— Lo amenazó como quien amenaza a un niño que hace berrinche, pero continuaba con su tarea. Una aguja e hilo para coser heridas le ayudaron a continuar el trabajo. Era algo que tenía que hacer rápido o empeoraría. —Perdón, perdón si duele, no tardo...— Murmuraba mientras terminaba, intentaba ser cuidadosa pero era normal que a pesar del alcohol que debio relajar sus músculos y en general su sistema nervioso, él se quejara.

—¡Y... listo!— Cortó con las tijeras el hilo, y las dejó a un lado para, sonriendo, llevar las manos a la espalda. —No estuvo tan mal en general, ¿Verdad?

Trataba de esbozar su mejor sonrisa. No pudo. El dolor en la boca le picaba, el sabor de la sangre con el alcohol no le sabía del todo bien. Se quedó quieto, en su rostro unas cuantas muecas de dolor se hacían presentes así como el sonido de la tela rompiéndose por detrás de él.

-Bueno. Ahí va una de mis mejores camisas- Dijo con tal de parecer gracioso y desaparecer el tenso ambiente. Fracasó, él no era Tai, los chistes no eran lo suyo. Dio otro trago.

Sus labios se apretaron en una línea recta. Le preocupaba que Qrow saliera solo a cazar, precisamente porque su semblanza en ocasiones le hacía una mala jugada a él y no a su enemigo, pero no era momento para regaños. Se dedicó a limpiar cuidadosamente cada una de sus heridas, deteniéndose al final en la más grande, una que estaba en su hombro expuesta después de que Summer rompió la tela de su camisa.

—Tendré que coser esta, y podemos olvidarnos de tu semblanza por ahora. Hoy es tu día de suerte, dejaré que te acabes esa botella.— Le sonrió, aunque era tan expresiva que no podía ocultar lo preocupada que estaba.

No esperaba ese gesto, regularmente Summer era la primera que le reclamaba cada vez que le veía bebiendo, se disponía a dar un sorbo, sintió el roce de las gasas contra su piel algo sucia y con moretones.

-Fue una pelea- Dijo- Contra un grimm. Todo salía bien, pero ya sabes. Esta mala suerte que se niega a dejarme hizo lo suyo- El trago fue amargo, se percató que tenía cortes dentro de la boca, frunció los labios.

Regresó con un botiquín en una de sus manos y una pequeña botella de licor en la otra. No aprobaba del todo los vicios de Qrow, pero sabía que estaba muy malherido. —Ten... bebe un poco. Te va a arder.— Le ofreció la botella y se dedicó a sacar gasas y sustancias para limpiar sus heridas. Algunas con sangre seca, en otras la sangre aún se niega a dejar de brotar. —¿Vas a decirme quién te hizo esto?— No es común que alguien tan fuerte como Qrow pierda su aura, eso lo sabe bien.

La idea de salir volando, literal, pasó por su mente. No lo hizo. Al ver a su lider dispuesta a curarlo le hacía sentir bien.

—¡Eso!— Parecía victoriosa. Ayudar a las personas es en ella algo natural, pero cuando se trata de sus compañeros se ve doblemente feliz haciéndolo. —Traeré las cosas, no te muevas de aquí.— Dio media vuelta con su capa blanca ondeando a su espalda y se apresuró.

Aprieta los dientes de dolor. Eso le causa más y su cara lo delató- En verdad que no es...Bien.

—¿Sabes que se te da pésimo mentir?— Con una sonrisa hace la maldad de presionar con el índice uno de los golpes que Qrow tenía en la cara. —Voy a curarte y no te vas a quejar al respecto, ¿Entendido?