—Eres tan callado como tu yo humano, es muy fácil saber que eres tu.—
Ríe ligeramente y ya que él no se queja de la caricia sigue haciéndolo pero esta vez de forma cariñosa, no tanto como un juego.
—Deberías llevarme un día de paseo, ¿sabes? Como en esas películas donde la gente se sube a dragones y van por el cielo libres sin que nadie les diga algo. Debe ser muy divertido y tranquilizador también.—

Dejara salir humo frío de sus fosas nasales, al escuchar sus palabras, dejándose acariciar por su hermano. –

Entrecerró los ojos ante el lengüetazo y comenzó a reír por su respuesta tan peculiar.
—Entiendo, entiendo. Me estás probando, ¿verdad? Que sepas que no soy rico para nada. Debo saber a queso o algo así, eso es lo que dicen los demás.—
Bromeo y se acerco para acariciar la cabeza del dragón, como si le estuviera revolviendo el cabello de estar en forma humana.

.... — igual que hizo con el Conejo, eleva la cabeza con cuidado y le pasa la lengua por encima. —

—¡Cheese! —
Se apoya suavemente en la cabeza del dragón, esperando no incomodarle y espera al temporizador que avisa con un pitido antes y después de tomar una serie de fotografías. Cuando termina Qiu se aleja suavemente y sonríe mirando al dragón.
—Pensé que me ibas a soltar un bocado por tomarte desprevenido. —

Solo dirige la mirada a la cámara, para no tener que levantarse y alejar a Qiu. *