El hombre se notó más relajado, mantuvo sus ojos carmesíes en aquella mujer pero ya con mas calma, las espadas invisibles que siempre lo acompañaban a su espalda de igual forma dejaron de apuntar a esta. Su aura ciertamente era singular, aunque a diferencia de esta el hombre parecía mas humano de lo que realmente era.
— Agradezco la amabilidad.... mi nombre es Bayaseto, soy el hijo de un cambia formas y una gorgona...