— Estaré bien... Soy un oso grande, fuerte y que come de sus raciones de bambú todos los días. — Respondió con optimismo y energía, sin borrar su sonrisa, con el propósito de no causar preocupación en la serpiente.

Solo... ten cuidado, si?

— Gracias... — Le toma del rostro y le deja un pequeño beso en su mejilla, mirándole luego a los ojos. — Lucharé por mi libertad...

... espero tengas mejor suerte que yo, Qiang -responde suspirando-Bien... preparate entonces...

— Ella deberá de entenderme... — Dijo con algo de esperanza, aunque sabía que en el fondo no estaba del todo seguro. — Sólo quiero intimar con la persona que me gusta...

Si tu madre no tiene problemas en obligarte a ir a aparearte xon el resto para poder aumentar la especie... no hay posibilidades nulas.

— ¿Uh? ¿A qué se deben esas tan altas posibilidades? — Le preguntó el menor, aumentando con ello su angustia y preocupación, aunque trató de que eso no se reflejara en su rostro.

No necesito ayuda, Qiang... estoy perfectamente bien -responde suspirando suavemente y dejandose acariciar por el panda en silencio- Hay altas posibilidades de que te terminen encerrando y usando de nuevo... solo espero estes listo para ello.

— No, no sé cuánto vaya a demorar... Lo que sé es que quiero ayudarte día tras día, si así me lo permites. — Ladeó igualmente su cabeza mientras mantuvo sus ojos fijos en la serpiente, sonriéndole con un profundo y absoluto amor y cariño, acariciando una de sus largas y oscuras hebras de su cabello negro.

Superar que? -pregunta ladeando la cabeza, pretendiendo no entender con una suave sonrisa en su rostro- Bien, sabes cuanto va a demorar todo ello?