— Supongo que tiene razón: Después de todo, es el consejero real...¿No? — Comentó con ironía, terminando de colocarse sus ropas. — Le deseo muy buenas noches. Descanse...

Luego, despidiéndose con una cortés reverencia, se dio la vuelta y salió de los aposentos de la serpiente, dándole vueltas en su cabeza todo lo que había ocurrido aquella noche y tratando de asimilar todo el círculo sentimental de Lord Echo, en el cual ya estaba involucrado. Sabía de antemano que necesitaría tiempo para adaptarse a ello, por lo que decidió tomar medidas. Y de entre ellas, alejarse lo suficiente de Lord Echo, para que sus propios sentimientos pudieran desaparecer de su ser, ya que sabía que algo serio y tradicional con el Consejero Real iba a ser imposible.

Gracias por escucharme al menos, es lo menos que podias hacer -responde, suspirando y regresando a la habitacion para recostarse en la cama- Puedes retirarte... necesito descansar por mi cuenta.

Le extrañó muchísimo que el Rey Siro, conocido por todo el reino de ser sumamente autoritario y severo, no sintiera celos ante los encuentros que la serpiente tenía con otros. En ese momento, Qiang pensó en que probablemente y a raíz de las duras vivencias de Echo en el pasado, el Rey Siro apoyaba esas decisiones de la serpiente, aunque para la mayoría de la sociedad fueran cuestionables e inmorales. Era un vínculo bastante peculiar entre el monarca y el Consejero Real...Pero era lo que los mantenía a ambos fuertes y a seguir adelante.

— Creo entenderlo...Al menos, de la manera más básica y superficial... — Le respondió, dejando de abrazarle para caminar y quedarse delante de él, mostrando una pequeña sonrisa. — No le negaré que me tomó por sorpresa saber todo esto, pero... Si eso le hace feliz y olvidar el dolor, lo respeto. — Le besa la mejilla, para luego alejarse de él y ponerse una toalla, para secarse y así, volver a ponerse su ropa.

Oh? Siro lo sabe, sabe de ti... sabe de Red... sabe de todo lo que hago... porque yo le cuento todo, el... es el unico que lo sabe todo de mi... porque es mi amigo, mi confidente y mi lugar seguro... ustedes jamas lo entenderian...

— ¿Red también? Usted...Tiene gustos un tanto exóticos, Lord Echo... — Tuvo que utilizar la palabra "exóticos", para no decir un término mucho más despectivo con respecto al canino militar al cual aborrecía en sobremanera. — Si Su Majestad llegara a enterarse de todo esto... Mi vida y la del sarnoso estarían en riesgo...¿No lo ha pensado?

Competencia...? -escucha, quedandose en silencio unos segundos antes de reir bajo y aparentemente sin fuerzas, como si estuviera cansado- Si... tu y Red son iguales en eso... ven a Siro como una competencia... como alguien que "me va a robar de ustedes"... heh... puede creer lo que desee, Conde, sus asuntos en este lugar han terminado.

— ... — Se puso de pie también para salir de la bañera, pero en vez de irse, le abrazó desde atrás, quedándose un buen rato en silencio sin soltarle. — No lo entiende, ¿Verdad? Al saber esto... Siento que he caido en un reto que es sumamente difícil para mí...

No te quiero aqui si no estas comodo, Qiang. Solo... vete, no es necesario que te quedes -respo de antes de ponerse en pie y comenzar a salir para secarse el agua del cuerpo-

— Que no me sienta del todo cómodo ni a gusto por saberlo, no significa que quiera irme. — Le respondió con seriedad, volviendo a verle a los ojos y no separándose del mayor. — No es necesario que se preocupe por mí en ese aspecto...

Digamos que es mi unica terapia... somos la cura del otro de una manera u otra -responde, volteandose para verle el cuerpo, riendo por lo bajo antes de negar con la cabeza- Vete, Qiang, lo puedo ver en tu temperatura. Estare bien... puedes retirarte.