— "Lord Echo..." — Tenía enormes ganas de seguirlo y besarlo, en cuanto le vio darse la vuelta y marcharse. Sin embargo, su cuerpo quedó inmóvil debido al miedo y a la forma en la que Echo pudiera reaccionar si llegara a hacerlo. Debía controlar sus impulsos y sus deseos para con el consejero real. Por ello, también se dio la vuelta y se marchó de allí a paso acelerado, no mirando hacia atrás para no verse tentado nuevamente.

-Si... debes estar ocupado...

Lo mira y se muerde el labio inferior por un momento, tragando en seco y acomodandose un mechon de su largo cabello tras la oreja, asintiendo un par de veces antes de darse la vuelta y finalmente retirarse del sitio

— En ese caso, yo... No le presionaré en ello, si va a pensarlo por un tiempo. — Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, llevando una mano hacia la pálida mejilla de la mamba, mirándole con total cariño y deseo. Aunque Echo era mucho más adulto que él, Qiang no iba a irrespetarle. Después de todo, el consejero real era la mano derecha del Rey y era altamente probable que no estaba en sus planes personales unirse con un joven filántropo y noble de la corte de Kalessa. Ya lo tenía bastante en claro, por lo que tenía la posibilidad de olvidar todo sus sentimientos para con Echo, si estos al final jamás llegarían a ser correspondidos. — Bueno, debo volver al trabajo. Mis asistentes deben estar esperándome en las oficinas... — Alejó lentamente su mano de la suave mejilla de Echo, aunque en el fondo quería estar más tiempo con él.

-...

Aquella propuesta hizo que le diera una punzada en el corazon al final de todo, mordiendose el labio inferior y quedandose en silencio

- Yo...

No sabia como responder, aceptaria? No aceptaria? Su mente era un completo desastre en ese instante, asi que era complicado

- Creo que necesito pensar esto... es... la primera vez que alguien se me confiesa.

— Es una estupidez mía pensar eso, créame que lo sé... — Comenzó a responderle, manteniendo su vista hacia otro lado. Estaba de lo más nervioso y asustado por abrirse así ante el consejero real, pero sus sentimientos y emociones parecían dominarle, siendo incapaz de guardar para sí lo que pensaba con respecto a Echo. — Si así me lo pide, yo...Ya no me acercaré más a usted. No quisiera ser una molestis más y, al mismo tiempo...Eso me ayudaría a borrar de mi cabeza esas ideas y sentimientos que he comenzado a tener por usted, Lord Echo. — Le dolía en lo más profundo decirle esa propuesta, pero tenía que hacerlo. Después de todo, era evidente para el panda que el mayor no correspondería a sus sentimientos.

-... Mh?

Estaba escuchando sus palabras y viendo sus acciones, sorprendiendose ampliamente por estas antes de tragar en seco, mordiendose el labio inferior

- Qiang...

Mira hacia el suelo, aferrandose a su brazo con su mano contraria intentando procesar sus palabras de alguna forma, negando con la cabeza varias veces

- No es buena idea que te guste... no lo hagas.

La pregunta de Echo le causó algo de gracia, riendo por lo bajo y ruborizándose por ello.

— Jejeje. No, Lord Echo. Jeje. No es que sea masoquista, créame que no... — Se acercó un poco más al cuerpo contrario, clavando sus ojos violeta en los de la serpiente, cautivado por la belleza de estos. — Es sólo que... Es inevitable para mí no ser afectuoso con usted. La verdad es que...Bueno, sé que se escuchará un tanto estúpido de mi parte decirlo, pero... — Se le notaba nervioso, llevando su mano tras su nuca y rascándose esa zona de su cuerpo, evitando momentáneamente cruzar miradas con Echo. — Creo...Creo que...Me siento atraído por usted... —Balbuceó en un hilo de voz, sonrojándose a más no poder ante su confesión.

Retrocedió unos pasos, temiendo de que en ese momento Lord Echo llegaría a insultarle o reprenderle por sus palabras. Ya estaba preparado mentalmente para lo peor, pero no se sentía con el valor suficiente para verle al rostro.

-...

Se muerde el labio inferior con fuerza, suspirando y regresando a su rostro normal

- Digamos que si y dejemoslo en eso... de todas formas, no se por qué eres tan cariñoso conmigo, nunca te he tratado bien, acaso eres masoquista?

Qiang creyó entender la profundidad de lo que el consejero real le estaba diciendo, ladeando su rostro y sonriéndole enternecido por lo que le trataba de explicar.

— Todos merecen ser tratados con amor, Echo. No debes tener miedo...¿Acaso...Te lastimaron en el pasado? — Le preguntó el panda, tratando de entender al consejero real, tomándole de la mano con delicadeza.

-No es cuestion de que sea mas placentero o no, eres buenisimo en la cama pero... tanta intimidad me asusta, no voy a mentir. No merezco...

Se detiene antes de terminar, no planeaba decirle que sentia que no merecia aquellas palabras de su parte y mucho menos el cariño que le mostraba en el coito.

- No se... hacer el... amor...