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Quetzalcóatl es uno de los dioses más importantes de la mitología mesoamericana. Hijo de la dualidad creadora del universo Ometeótl, se le considera como la principal deidad del panteón mexica y maya, donde es conocido como Kukulkán. Dios de la vida, la luz, la sabiduría, la fertilidad y el conocimiento. Señor de los vientos y del día, regidor del oeste. creador del quinto sol donde hoy habita la humanidad.

Siempre fue un dios gentil, justo y amoroso cuya guía hizo prosperar a los humanos.

Un pasaje de su leyenda cuenta que, Luego de la creación del mundo, dioses y hombres vivían en perfecta armonía, sin embargo, Quetzalcóatl, no aprobaba los sacrificios que se ofrecían a los dioses.

Entonces decidió adoptar la forma humana y descendió a la ciudad de Tollan, mientras se realizaba un sacrificio humano para detenerlo. Habitó entre el pueblo, donde con el paso del tiempo, prohibió los sacrificios humanos. Y enseñó a las personas oficios, artes, cosechar el maíz, los dotó de muchas otras enseñanzas que solo eran conocidas y practicadas por las deidades.

El pueblo lo amaba, era su guía.

Sin embargo, no faltaron quienes fueron superados por la envidia a un ser tan puro y bueno que tramaron una trampa con el propósito de alejarlo de la vida espiritual y hacerlo caer en los placeres de la vida mundana. Orquestaron un plan con el que consiguieron darle de beber pulque, mismo con el que perdió todo sentido al emborracharse, olvidando su forma de vida llena de pureza, rituales, oraciones y abstinencias.

Cometió las faltas más graves y olvidó todas sus responsabilidades.
Al ver que había defraudado a su pueblo, Quetzalcóatl se entristeció por completo y prefirió partir. Caminó por el altiplano hasta llegar a lo alto del cerro de las culebras y una vez allí, se despidió de sus discípulos y su pueblo, prometiendo que volvería cuanto el quinto sol se dejara ver en el horizonte.

Acto seguido hizo que una erupción luminosa con forma de serpiente emplumada apareciera entre sus manos y se elevara al cielo hasta unirse con venus, haciendo su resplandor más luminoso. Convirtiéndola así, en el astro que anunciaría su regreso.



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Es un espíritu Divino invocado bajo la clase Rider, aunque por sus habilidades y su condición divina, puede invocarse también como Avenger o Ruler.

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Originalmente es un dios masculino, en el momento de su materialización Quetzalcóatl obtuvo la existencia de una divinidad femenina.

Contrario a su leyenda, Quetzalcóatl, se manifiesta como una joven alta, de cabello rubio y ondulado. Posee unos hermosos ojos de un verde esmeralda que resaltan con la tonalidad semi dorada de su piel.

Su atuendo es un clásico traje maya de colores con detalles en plumas e hilos de oro, así como esmeraldas tejidas a las telas y un penacho debidamente adornado.



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Es una hermana mayor con un espíritu enorme y un gran corazón, una mentalidad tan amplia como la Tierra y una disposición brillante y apasionada como el sol mismo. Siempre luchará y enfrentará cualquier crisis con una sonrisa hasta encontrar el camino a una era de felicidad en la que los humanos puedan vivir en paz conservando el brillo “intenso como el sol” de sus corazones.

Ella no tiene piedad con los oponentes considerados un desastre o un enemigo extranjero, a los cuales muestra una expresión facial aterradora y si es necesario, se enfrenta a ellos con todo su poder “hasta la muerte”.



Para la mayoría de las cosas, Rider respalda la comunicación y la prosperidad con una cara sonriente y un «es maravilloso que todos estén bien, ¡así que esta hermana mayor está feliz!», pero se disgusta cuando hablan de alcohol o Tezcatlipoca. Rider lamenta profundamente y siente mucho rencor por haber sido derrotada en batalla por él.

En lugar de decir que está enojada con Tezcatlipoca, se vuelve «hosca» hacia su impotencia por derrotar a esa «araña»

Los detalles, sobre cómo Quetzalcóatl se volvió adicta a la lucha libre profesional, son bastante simples: terminó viendo una contienda durante una ocasión en que fue convocada en cierta época, y ese shock abrumador causó incluso una gran impresión en su cuerpo sentado en el trono de los dioses, o eso parece.

Su luchador favorito es Místico.

Como dios del viento y de la Estrella de la Mañana, Quetzalcóatl observó a los luchadores volar libremente como si tuvieran alas, y ella se conmovió en lo más profundo de su corazón, derramando lágrimas de gratitud, antes experimentar el futuro lejano. A partir de entonces, su afición por la diligencia y su curiosidad característica se convirtieron en su fortuna, y fue así como se volvió una luchadora con una personalidad entusiasta sin precedentes incluso entre las diosas.




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Quetzalcóatl suele luchar con las manos desnudas, pero también utiliza un arma de su mito. La Macana — específicamente, un Macuahuitl —, cuya apariencia externa deja ver claramente lo doloroso que será recibir un golpe de esta.



Quetzalcóatl se jacta de mostrar y aplicar una excelente técnica de llave a la cabeza de cualquier tipo de monstruo o deidad una vez que se lo propone, pero debido a que la lucha libre se centra en las técnicas aéreas, actualmente, está practicando las técnicas de bloqueo que son la quintaesencia de la lucha.

Sus Noble Phantasms son:
Xiuhcóatl, Quetzalcóatl y Piedra del Sol