Temido, despiadado [✖Battle] [✔Narrativo] [SnV Fandom]
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E1581011 · 22-25, M
[code]Las aguas del mar abrazaban la orilla con un suave arrullo, mientras el sol poniente se mezclaba con los tonos azulados del océano para pintar un lienzo surrealista. Aquí, en este rincón de la tierra, encontró Eugeo un momento de soledad y paz. Después de haber viajado de pueblo en pueblo, de bosque en bosque, de montaña en montaña, este tranquilo paisaje marítimo era un cambio bienvenido.
Caminaba por la orilla, sus pies desnudos se hundían en la arena húmeda y fresca mientras se dejaba llevar por sus pensamientos. Su mente, siempre en movimiento, revivía sus aventuras y reflexionaba sobre las lecciones aprendidas. Eugeo, un joven aventurero en busca de respuestas, encontraba en estos momentos una especie de alivio a su inquietud interior.
Entonces, un destello en el mar rompió su ensimismamiento. Eugeo frunció el ceño, tratando de discernir lo que sucedía. Las olas, que hasta hace un momento habían acariciado la orilla con su eterno vaivén, se agitaban ahora de forma inusual. El mar parecía estar inquieto, como si albergara una presencia poderosa y antigua.
Entonces, un recuerdo emergió de las profundidades de su mente. Una historia que había leído hace mucho tiempo, un mito antiguo que hablaba de dioses y de cómo se manifestaban en el mundo mortal. Un dios del mar, decía la historia, un dios que podía hacer temblar los océanos y convocar a criaturas abisales.
El miedo se apoderó brevemente de él. Los dioses, con su omnipotencia y misterio, siempre habían sido algo abstracto para Eugeo, algo relegado a las páginas de los libros de historia. ¿Podría ser que la presencia de un dios se estuviera revelando ante él?
Pero a pesar del miedo, la curiosidad ganó. Su espíritu aventurero, esa chispa incansable que le había llevado a viajar por el mundo, no le permitía dar la espalda a este fenómeno. Eugeo se quedó, observando la danza del mar bajo la puesta de sol, esperando, preguntándose. ¿Sería posible? ¿Un dios del mar, aquí, en este pequeño rincón del mundo?
Y aunque el temor aún se agazapaba en las sombras de su mente, Eugeo no podía dejar de maravillarse ante la posibilidad de lo desconocido. Un dios, una aventura nueva, un misterio por resolver. Una vez más, la aventura llamaba a Eugeo, y él estaba listo para responder a esa llamada.
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Caminaba por la orilla, sus pies desnudos se hundían en la arena húmeda y fresca mientras se dejaba llevar por sus pensamientos. Su mente, siempre en movimiento, revivía sus aventuras y reflexionaba sobre las lecciones aprendidas. Eugeo, un joven aventurero en busca de respuestas, encontraba en estos momentos una especie de alivio a su inquietud interior.
Entonces, un destello en el mar rompió su ensimismamiento. Eugeo frunció el ceño, tratando de discernir lo que sucedía. Las olas, que hasta hace un momento habían acariciado la orilla con su eterno vaivén, se agitaban ahora de forma inusual. El mar parecía estar inquieto, como si albergara una presencia poderosa y antigua.
Entonces, un recuerdo emergió de las profundidades de su mente. Una historia que había leído hace mucho tiempo, un mito antiguo que hablaba de dioses y de cómo se manifestaban en el mundo mortal. Un dios del mar, decía la historia, un dios que podía hacer temblar los océanos y convocar a criaturas abisales.
El miedo se apoderó brevemente de él. Los dioses, con su omnipotencia y misterio, siempre habían sido algo abstracto para Eugeo, algo relegado a las páginas de los libros de historia. ¿Podría ser que la presencia de un dios se estuviera revelando ante él?
Pero a pesar del miedo, la curiosidad ganó. Su espíritu aventurero, esa chispa incansable que le había llevado a viajar por el mundo, no le permitía dar la espalda a este fenómeno. Eugeo se quedó, observando la danza del mar bajo la puesta de sol, esperando, preguntándose. ¿Sería posible? ¿Un dios del mar, aquí, en este pequeño rincón del mundo?
Y aunque el temor aún se agazapaba en las sombras de su mente, Eugeo no podía dejar de maravillarse ante la posibilidad de lo desconocido. Un dios, una aventura nueva, un misterio por resolver. Una vez más, la aventura llamaba a Eugeo, y él estaba listo para responder a esa llamada.
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