Ps1562271

Su rostro giró en dirección hacia los vocablos de voz que la interceptaron. Cuando notó de quién se trataba, la sonrisa que surcó sus rosáceos fue invaluable. Giró su cuerpo sin premura presente y así, se encaminó con calma hasta la efigie de su hijo, ¿hace cuánto se había negado la dicha de poder avistarse con la personificación del miedo? Inaudito para quien amara con cada pedazo de su corazón a sus descendientes. Lentamente elevó ambas manos en dirección a los hombros del menor y reposó las mismas con calma, deleitándose con la faceta de Phobos. . .No había cabida a dudas, aquel era idéntico al amor de su vida, el padre de sus hijos, el sanguinario guerrero. Un suspiro escapó travieso y negó con la cabeza.
— Te noto bastante tenso con la visita de tu madre, terror. Dime, ¿has hecho algo por lo que deba reprenderte? Para nada, solo he venido a visitarte. Tu padre y yo hemos seguido sus pasos, ufanos gemelos. —
Murmuró con tremenda calma en sus vocablos. Dispuso su diestra palma a acunar con cálido amor la mejilla del menor, en busca de brindarle calor y armonía a aquel corazón tan desolado.
— Me imagino que a él no has ido a visitarlo.—