-Contemplaba el "camino" con bastante curiosidad, había leído de aquel lugar al que se dirigian, y de un tesoro misterioso que se escondía en las entrañas de ese bosque.-
—No pudo evitar dejar salir una media sonrisa al escuchar la, "queja" del asesino lo cual logró eliminar esa ligera aura pesada que se estaba formando a su alrededor.—
Si, es verdad e crecido desde la última vez, pero para mí es difícil hablar de tu a tu con personas que me superan en edad o con las cuales no me siento con el derecho de llamar de manera tan informal...
—Dice ensanchando un poco más su sonrisa.—
Sin mencionar, que esa es mi forma cariñosa de referirme a usted.
—Volvio a su seriedad mientras contemplaba su entorno y luego a su mano, donde una runa se podía apreciar como una simple cicatriz vieja en la piel.
Más volvió a concentrarse en el asesino cuando mencionaba lo curioso de su presencia allí, y no lo culpaba, aún tenía dudas en si realizar su tarea, pero ya estaba allí.—
