— Oh, es una lástima... solo una pregunta, mademoiselle, si me lo permite.
Había girado un poco para observar el resto del lugar, evitaba tocar algo, bien sabía que aquel tipo de lugares resultaban poco favorables al mantenerse desprevenidos.
Lo lamento, como dije es un libro sumamente importante y prometí que lo cuidaría, así que aparte de mi nadie más puede tenerlo.
—Dice con simpleza mientras se mantiene firme y sería mientras habla, suficiente tenía con tener que esconderlo de su dueño como para tener ahora que evitar que otros lo vieran.—
Hasta ahora, se había mantenido con el mismo semblante, incluyendo tras el acto de desaparición que había hecho frente a él, cosa que cualquier ser común habría reaccionado sorprendido ante ello.
— ¿Oh? Comprendo. Pierde el cuidado, mademoiselle, no pienso apartar semejante escrito de ti, al final son esta clase de libros a quienes elijen ¿No es así?
Agitó su mano derecha en una señal que transmitía despreocupación, así mismo, su izquierda subió hasta su rostro para acomodar con un par de dedos sus gafas que, constantemente resbalaban.
— ¿Qué te parece si, en lugar de llevármelo como originalmente pretendía, me lo prestas frente a tus ojos? Claro, claro, lo devolveré tras mirarlo un poco. De todas formas no podría hacer mucho.
Agregó con simpleza y sonriente mientras apuntaba con su índice en dirección al pequeño libro.
— ... perdona mi intromisión, pero realmente me llamó la atención semejante obra, quiero decir, he estado buscando uno en especial que falta en mi colección.
Respondió manteniendo aquella suave sonrisa. Desvió su mirada al foco de su curiosidad, notando las condiciones de éste, al igual que sus características.
— Eso es algo bueno, siempre hay muchas cosas que causan sorpresa ¿No es así?
