— ¡Hey! Si bien que quién parece tener choques cerebrales y terminar en el quinto sueño es otro. ¿Crees que no me ha llegado a los oídos lo que pasa en las tabernas y restaurantes de Wano? —

Le echo una mirada bastante severa ante tal comentario, pero no pudo contenerse pues una sonrisa burlona acompañada de ojos risueños apareció en su rostro al imaginar lo que le habían comentado varios de sus subordinados; acerca de un hombre extranjero disfrutando de los mejores platillos en cada establecimiento pero que terminaba con el rostro lleno de comida al quedarse dormido. Abrió la boca para darle una mordida más a su papa, pero la cerró de golpe al escuchar ese comentario, con un poco de humo saliéndole de las orejas.

— Tampoco te equivoques, chispitas. Si te ando vigilando es para que yo no me meta en problemas, ya que yo te di la autorización y si te descubren todos los demás en Wano, te cortaran la cabeza y … después a mí, así que estoy viendo por mí más que por ti, cuidado.