— Cuidé de ti por obligación. Te seguí por compromiso. Ahora, después de conocerte, doy mi vida a cambio de la tuya por elección propia. Hush, hush. Descansa en mis brazos. Estarás bien. —
[code]Tenía razón. Las posiciones eran costosas en tierras alejadas de las capitales, así que debería pensar en métodos que no pusieran su integridad en peligro. Exhaló con pesadez ante un propio regaño impuesto por su propia mente. Tenía que corregir eso pronto.
— Estaré bien, Phyllis. Ve a descansar. —
Nevan procedió a recostarse, girando el cuerpo unos grados para quedar sobre el lateral de su cuerpo. Las sábanas eran delgadas, así que no lo sofocaban.
— Sería una pena que te perdamos por exceso de trabajo. Igualmente volveré a dormir. Necesito recuperar fuerzas. —
Bostezó sin miedo alguno, cerrando los ojos al paso que dejaba que su cuerpo entrara en un estado de adormecimiento. Meditaría en sueños lo que había vivido, quedando dormido en cuestión de minutos.[/code]
— Ah —cerró los ojos brevemente tras el impulso en su cabeza y llevó su diestra hasta el sitio que él había tocado, completamente sorprendida por tal gesto. Tal vez su líder actuaba así con Nexvha o con la joven ama, pero no era usual ese tipo de trato entre ellos. ¿Habían avanzado?—. En ese caso asegúrate de que esto no pase nuevamente. Tú y Nexvha están acabando con mi mana y con las posiciones de salud que poseo —exageró, por supuesto... O tal vez su bolsa infinita decía otra cosa—. Me quedaré a tu lado esta noche, si no te importa, debo monitorear tu estado.
A guardó a que Phyllis ofreciera ese vaso. Lo tomó entre sus manos e inmediatamente lo llevó a los labios, disfrutando de ese ingrávido paso del cristalino líquido dentro de su garganta. Fue una delicia retomar la humedad de su boca con la álgida bebida.
— Lo tendré más en cuenta. —
Devolvió el vaso y se acomodó de mejor forma, permitiéndose liberar un profundo suspiro que ahondaría en su demostración de sentirse más relajado. Nevan sintió un enorme peso en las palabras de Phyllis, pero no lo exteriorizó. Al contrario, extendió la diestra para mover la cabeza de la maga con un suave empujón.
— No moriré tan fácil, Phyllis. Todas saben que tengo un objetivo que cumplir. —
Cruda realidad; seguía vivo por un ferviente deseo y una ira interna.
Caster se levantó ipso facto para atender las necesidades de su líder. Una jarra llena de agua esperaba en la pequeña mesa a los pies de la cama, así que no le tomó mucho tiempo alcanzar la misma y servir el líquido en el vaso que hacía juego con esta.
— Piensa un poco más en ti. Si algo te pasa nos quedaríamos a la deriva, como líder tienes un compromiso con nosotras —le extendió la bebida mientras lo reprendía con un tono más melancólico que fúrico; empero, terminó suspirando con resignación y relajando el ceño fruncido—. No es mi intención ofenderte, pero tememos por tu vida cada vez que haces eso. Yo... Detesto verte así...
Tenía razón. Nevan se había exigido más allá de sus capacidades, quedando vulnerable tras ejecutar, con suma sincronía, un ataque conjunto con sus compañeras.
Dejó escapar un suspiro de entre sus labios, mismos que se sentían un poco resecos. Era innecesario admitirlo, pero se sentía aliviado que él fuera el único gravemente lastimado. Mientras él estuviera presente, no permitiría que nadie tocara a sus tres compañeras.
— ¿Podrías darme un poco de agua, Phyllis? —
Venía siendo momento de despertar de ese dulce sueño. El cuerpo del guerrero se separó del femenino, demostrando que podía mantenerse sentado sobre la cama donde yacía recostado.
Poco a poco el líder fue recobrando la conciencia y Caster, quien era consciente de ello, le acarició con sumo cuidado el cabello en pos de auxiliar su retorno del mundo onírico de la manera más apacible que fuese posible. Nevan había caído tras una extenuante batalla; su sanación era la prioridad tras haberlo trasladado a un hostal.
— Soy quien debe cuidar tu bienestar. En el futuro despertarás de la misma manera si sigues exigiendote demasiado, líder —suspiró y juntó su frente a la contraria mientras murmuraba un conjuro de recuperación de energía. Su mano libre fue a dar a la mejilla del hombre y la acarició con parsimonia instantes antes de acabar—. Estarás bien para el anochecer.
Murmureos lo despertaron con gentileza. La calidez de alguien externo lo acobijaba como una frazada y la cercanía de unos brazos lo hacían sentir protegido. Nevan pensó que estaba soñando, abriendo ligeramente los orbes ámbar para notar un rostro conocido.
— Extraño... Nunca pensé despertar en tus brazos. —
Las palabras escaparon como un suspiro, uno tranquilo que dejaba notar la somnolencia que sentía. Estar acunado en el amplio pecho de la maga era bastante cómodo.
