Su nuevo master sin duda ha sido el mas poderosos, aunque no tiene recuerdos de los otros quizá por en su mayoría sólo la veían como herramienta y Ryo mostraba más calidez , tal vez porque parece una pequeña, o un demonio pequeño cualquiera era válida. Muchos pensaban que era una abominación. Por dentro le su boca las caricias provocaron una especie de vibración que se convirtió en ronroneo. —dumplings con sopa picante! — movía los piesitos sin llegar a golpear a su máster. —No siento la presencia de nadie... areeee... ¿Cuál es tu deseo? Ryooo ~ — su voz no era la de una chiquilla de hecho sorprevisamente mantenía un deje de sensualidad y mayor edad en este. Le miró de reojo ahora frotando la punta de su nariz en su mejilla.