—Pensó que el iba a añadir algo al respecto, pero al verlo tan callado se quedó sin idea de que decir ¿Había hablado de más? ladeó la mirada hacia un lado e hizo un gesto con sus labios parecido a un puchero "No lo entiendo" se repetía en su cabeza al tenerlo a el en sus pensamientos, hasta que de la nada apretó su cola lo cual evidentemente le haría erizarse el cuerpo completo y bufar, hasta daba un ligero salto, habiéndose sonrojado por la sorpresa.— ¡N-Nyaaaah! ¡Suéltala! CLARO QUE ES DE VERDAD. ヽ（≧□≦）ノ

—Notaría como la felina volvía en sí, a lo que tras escucharla se enteró de sus traumas, bueno, era normal suponer alguna clase de discriminación, es usual en la especie humana, probablemente las bromas que le haya hecho a ella le tocaron un poco.— Mhm... —Sin responder camino rodeando a la joven, en lo que ella aún hablaba, entonces se percató de la cola que tendría.— Vaya, no sabía que tendrías de estas, a ver. —Tomó la cola de ella con ambas manos y la tocó con sus dedos.— ¿Será de verdad? —Entonces le dio jalones a ver como reaccionaba la contraria ante eso.—

—Volvió en sí cuando el joven le dio unos golpecitos, parpadeó un par de veces y esas lagrima salieron, aunque eran unas cuantas, ya que el efecto postraumático le había dejado en shock por unos momentos, incluso sus orejitas se mantenían agachadas, denotando su estado de animo bajo.— ... —Al recibir esas palmadas observó al contrario, y negó un poco con la cabeza.— Estoy bien... Creo, sólo que esas palabras me recordaron cuando era pequeña y recibía maltratos, pero tu no pareces ser esa clase de persona, creo que bromeabas. —Aún así, se podría decir que ahora era grande y si no podía defenderse, podía huir de sus atacantes, aunque el no parecía tener esa intención.— Pero tienes razón, no soy normal, no sé lo que soy, jamás conocí a mis papás... Pero no creo que ser diferente sea tan malo.

¿Mh? —De pronto notó un cierto cambio en la joven, como si ella hubiera entrado en una especie de trance. Se acercó e inclino un poco para quedar más o menos a la altura de la felina.— ¿Qué pasa? ¿Estás bien? —Cuestionaba, entonces alzó su mano a la cabeza contraria y le dio suaves golpecitos para ver su reaccionaba, ya que empezó a temblar.— ¿Qué paso? Mujer gato.. ¿Eh? .... ¿Gatita? —Le dio un par de palmaditas en la mejilla.— Oye, como que te estás pareciendo a Michael J. Fox, Muhammad Ali y a Juan Pablo II. —Diría en broma, debido temblores de la chica.—

—Su sonrisa fue desvaneciéndose poco a poco cuando le escuchó y de pronto, se transportó a cuando era indefensa e ignorante de lo que era, cuando era tan sólo una felina pequeña cuyo pelaje era cuando poco llamativo, sus ojos empezaron a nublarse de lagrimas, pues en su mente resonaban los insultos que algunos niños o incluso personas ya adultas le soltaban de forma gratuita, además de que algunos también le pegaban a palos o pateaban. Se quedó ahí quieta, pero luego empezó a temblar, desde aquel entonces nadie le había tratado así de mal.—

—Le tomó por sorpresa que ella le dijera la verdad, su verdad, podría no haberlo creído, pero por algún motivo podía detectar la verdad en la joven, especialmente porque miro fijamente sus ojos. En ese momento mantuvo un silencio que duraría unos cuantos segundos, luego de un instante rompería el dicho silencio tomando la palabra.— Entonces eres un jodido fenómeno de circo, me pregunto de que laboratorio saliste... Qué horror, a saber que clase de monstruosidad eran tú padre y tú madre, no quiero ni imaginar los virus y enfermedades con las que podrías estar cargando. —Alzo leve su ceja derecha, a lo que dando unos pasos hacia atrás y luego de ver a la chica, colocaría ambas manos en los bolsillos de su negra chaqueta.—

—Entendía a qué se refería, ya que cierta parte de sus seguidores eran Otakus o fanáticos del anime. Se acercó poquito a el para poder hablarle como si fuera un murmuro y se puso sobre las puntas de sus pies, dejándose acariciar previamente su orejita la cual se sentía como la de un verdadero gato.— Te diré un secreto, son reales, así como mi cola, soy una felina con rasgos humanos, aunque puedo volverme totalmente humana o gata, soy una cambia formas. —Sonrío suavemente dicho esto y para el varón, al cual ronroneó suavemente.— Tu hueles a humano... ¿Eso eres verdad? Nyaw~

Oye... ¿Esas orejas son de verdad? ¿O es alguna clase de disfraz, como los que usan cierto grupo de bichos raros? ... ¿Cómo se llamaban? ¡Ah, sí! Otakus. —El joven hizo acto de presencia ante la pelirrosa, mirando el cabello de la misma y por supuesto las orejas. Las cuales alcanzó con sus dedos y las tocó.—