˚ ༘✶ ⋆。˚ ⁀➷Dᴀᴜɢʜᴛᴇʀ ᴏғ Iʀɪs | D E M I G O D D E S S | got stars in my eyes / crossover friendly✶ ˊ ˗
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Moonique · 26-30, F
> Hey, Ophelia, soy Moonique! He cambiado mi número de teléfono, así que te escribo para que tengas mi contacto.
> Recuerdo que te debía un café, déjame saber cuándo estés disponible y coordinamos para vernos! xoxo
> Recuerdo que te debía un café, déjame saber cuándo estés disponible y coordinamos para vernos! xoxo
JB1535635 · F
Jenna sonrió, ¿que acaso la ajena no notaba que el problema estaba frente a ella?
—No me digas —respondió en un tono jocoso—, aún si tuviera la manera de cómo sacarnos de acá, no llegarías muy lejos, ¿te has visto? —Jenna también tenía un pésimo aspecto, pero su costal de rizos disparados de un lado a otro disimulaban un poco su aspecto. La reencarnada volteó hacia la pequeña ventana de rejas que daba hacia la calle. Luna llena. Noche de caza. Y no de demonios, precisamente.
Las hijas de Goleo Beenban estaban afuera, cazando a reencarnados. Uno de sus refugios había sido desmantelado y ahora ellas estaban limpiándolo. El recipiente de Samael había tenido la pésima suerte de haber sido enviada allí para clases de entrenamiento con dos reencarnados más que muertos para ese punto. Capaz había sido una trampa de Zhar, un intento para ver si se podía deshacer de la actual reencarnación de Caín y adquirir, unos años después, una más dócil.
La sola idea de llevarle la contraria le hacía cosquillas en las puntas de los dedos. A la rizada le gustaban los juegos, de esos donde salía ganando y desencajaba las expresiones de sus contrincantes. Observó a la rubia y le sonrió. — Soy Jenna, ¿cuál es tu nombre? — Era una narradora de cuentos y seguro que en unas noches posteriores le contaría a Francis lo que había hecho allí con la desconocida. Jenna se levantó del suelo con lentitud, alzó su remera hasta la altura de sus costillas, revelando así una herida sellada por la punta filuda de una flecha.
—La dejé allí para no desangrarme más de lo necesario. Tienes que sacarla y estrellarla contra cualquier superficie. Verás cómo lo destruye —y de ahí la cuenta regresiva iba a comenzar.
¿Para qué? Quién sabía, Jenna se las vivía en cuentas regresivas cada vez que estaba por hacer algo impulsivo.
—Hazlo rápido. — Como un reto. Las puntas de los dedos cosquilleándole y la sangre corriendo rauda por sus venas.
El preludio a los problemas.
—No me digas —respondió en un tono jocoso—, aún si tuviera la manera de cómo sacarnos de acá, no llegarías muy lejos, ¿te has visto? —Jenna también tenía un pésimo aspecto, pero su costal de rizos disparados de un lado a otro disimulaban un poco su aspecto. La reencarnada volteó hacia la pequeña ventana de rejas que daba hacia la calle. Luna llena. Noche de caza. Y no de demonios, precisamente.
Las hijas de Goleo Beenban estaban afuera, cazando a reencarnados. Uno de sus refugios había sido desmantelado y ahora ellas estaban limpiándolo. El recipiente de Samael había tenido la pésima suerte de haber sido enviada allí para clases de entrenamiento con dos reencarnados más que muertos para ese punto. Capaz había sido una trampa de Zhar, un intento para ver si se podía deshacer de la actual reencarnación de Caín y adquirir, unos años después, una más dócil.
La sola idea de llevarle la contraria le hacía cosquillas en las puntas de los dedos. A la rizada le gustaban los juegos, de esos donde salía ganando y desencajaba las expresiones de sus contrincantes. Observó a la rubia y le sonrió. — Soy Jenna, ¿cuál es tu nombre? — Era una narradora de cuentos y seguro que en unas noches posteriores le contaría a Francis lo que había hecho allí con la desconocida. Jenna se levantó del suelo con lentitud, alzó su remera hasta la altura de sus costillas, revelando así una herida sellada por la punta filuda de una flecha.
—La dejé allí para no desangrarme más de lo necesario. Tienes que sacarla y estrellarla contra cualquier superficie. Verás cómo lo destruye —y de ahí la cuenta regresiva iba a comenzar.
¿Para qué? Quién sabía, Jenna se las vivía en cuentas regresivas cada vez que estaba por hacer algo impulsivo.
—Hazlo rápido. — Como un reto. Las puntas de los dedos cosquilleándole y la sangre corriendo rauda por sus venas.
El preludio a los problemas.
RonanHunt1581171 · M
OMG IT WORKS
RonanHunt1581171 · M
Dónde putas estás ?
User1575679 · F
Perfecto te lo recordé quizá con un rayo pequeño (?
Ks1577684 · M
Oph.
User1572521 · M
El hijo del señor Hades esta bien hasta donde tengo entendido.. Estoy aquí porque necesito que me hagas un favor.
-Explicó con tranquilidad con sus manos detrás de su espalda era evidente la amistad que la hija de Iris le tenía al hijo de su señor algo según había escuchado no era del agrado de Hades aunque si le preguntaban a él eran solo críos que necesitaban de atención.-
-Explicó con tranquilidad con sus manos detrás de su espalda era evidente la amistad que la hija de Iris le tenía al hijo de su señor algo según había escuchado no era del agrado de Hades aunque si le preguntaban a él eran solo críos que necesitaban de atención.-
User1572521 · M
User1572521 thinks you are Champion.
User1572521 · M
Charon..
-Responde con calma no era igual a Hades o Zeus le gustaba ser directo y en esos momentos necesitaba ser preciso, observo el rostro cansino la joven semidiosa y se compadeció por ello pues desde hace eones veía esos rostros afligidos en almas que se encargaba de llevar.-
-Responde con calma no era igual a Hades o Zeus le gustaba ser directo y en esos momentos necesitaba ser preciso, observo el rostro cansino la joven semidiosa y se compadeció por ello pues desde hace eones veía esos rostros afligidos en almas que se encargaba de llevar.-
User1572521 · M
-Los dioses jugaban y usaban a sus propios hijos como piezas en un tablero de ajedrez incluso a las deidades "menores" les encomendaban tareas como si fuesen empleados y no sus iguales, Charon el barquero del Hades había dejado su trabajo por esos tres días en que de mantuvo oculto de la vista de la hija de Iris, una semidiosa bastante fuerte a simple vista, esa noche se había encargado de que las calles estuvieran solas dándole un aire aún más frío y fantasmagórico de lo que era al calor del día, era astuta más no más que él cuando lo "acorralo" contra la pared desapareció y detrás de ella apareció como un jovencito de tez pálida, delgado y cabello castaño. -
Ophelia hija de Iris.
Ophelia hija de Iris.
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