Una rato tranquila, era todo lo que necesitaba. La semana había sido muy dura, pero lo que en realidad había drenado sus energías por completo eran las peleas internas en su cabaña. La discusión entre dos de sus hermano se había tornado tan seria, que los integrantes de la casa habían comenzado a elegir equipos e incluso discutían en favor de sus "capitanes". La joven consideraba que no era más que un ridículo malentendido llevado al extremo y ya fuera de sus cabales con la paciencia extinta, amenazó con quitarle la visión a cualquiera que mencionase el asunto en frente de ella. Irónico que los hijos de la diosa que enviaba mensajes a otros tuviesen problemas para comunicarse.

Preparó su canasta con algunas frutas, bebidas frescas y un mantel para colocar en el suelo; el día no podía ser mejor para hacer un picnic. Hacía un rato se había cruzado con Eiffel y debido a que no habían podido hablar mucho durante la semana, decidieron merendar juntas para ponerse al día. (1/2)