Se quedó en silencio, asimilando lo que le acaba de decir. ¿Un levantamiento siquiera era posible contra un poder absoluto? Jamás se le había cruzado por la cabeza algo tan extremo.

—¿Y qué les sucedió? ¿Lograron algo? —Intentó indagar, ya que desconocía absolutamente todo respecto al hecho y entendía por qué. Dudaba que fuese algo que los dioses aceptaran como cultura general.

—La única forma de ayudar a otros como nosotras, es desde adentro...lamentablemente para mi. —Admitió con una sonrisa y ahora sí señaló el contacto de la llave, para que su amiga decidiera devolver el poder de una vez. —Respecto a Kai, siempre podemos secuestrarlo. —Alzó los hombros incluso tentada por la idea, aunque sabía que era imposible y no les convenía jugar con fuego. Pero era cierto que le gustaría que él también pudiese unírseles en ese tipo de misiones.