-Cerró los ojos al sentir que ella se alejaba para besarle el rostro y al abrirlos no había notado las marchas de chocolate que había repartido en su cara, pero permaneció mirándola con todo su cariño-
– Jugueteando con los labios de su novio las poquitas manchas de chocolate que le quedaban en los labios al separarse de él las esparció con pequeños besos alrededor del rostro de Kuri.
- Sus labios atrapaban los de ella una y otra vez, el juego de los poockys le hizo sentir un sabor distinto al besarla, pero no había algo más bello para el que ver otra vez a su pelirosa-
– Al momento que estuvieron tan cerca el corazón le latía deprisa a Kari, en cuando quitó el dulce de sus labios ella aún tenía algunos rastros de chocolate en ellos pero no sería problema por lo que estaba a punto de suceder, en cuanto se aproximó por segunda vez su novio le correspondió enseguida al beso pues lo había extrañado mucho.
-Cada centímetro que se acercaban parecía durar una eternidad y al llegar al último bocado el moreno simplemente lo quito de los labios de su novia, para finamente besarla como quería-
– Tras observar que se acercó para sujetar con los dientes la golosina desde el otro extremo le siguió el juego y también siguió mordiendo el palito de pan hasta donde le permitió la distancia. ♡
- Le sorprendió la respuesta de la pelirosa y con una sonrisa pícara se acercó para tomar el poocky del otro extremo, comenzó avanzar dando tantas mordidas como le fuera posible, el castaño se sentía juguetón-
– Al escucharlo se separó un poco de él asintiendo con la cabeza, acababa de meterse a escondidas un poocky a la boca y volteo a verle igual que una niña pequeña que acababa de ser descubierta.
