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[code]— Hmp, cualquiera que atreva a ver la belleza de Oichi-sama con segundas intenciones, tendrá que vérselas conmigo—

Es demasiado receloso pero fiel a su deber. Es la esposa de su último amo al fin y al cabo. Además odia a los pervertidos , cree estar haciendo una escena pero tiene listo su sable en caso de poder necesitarlo. Puede quedarse aquí parado el tiempo que sea necesario para que su señora de Azai pueda relajarse tranquila sin tener que preocuparse por mirones perversos.
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OichiNoKata · 31-35, F
— T-Takatora , no digas esas cosas ¿Qué habría de malo? —

Realmente no comprende cuál es el dilema que puede estar afectando a su principal vasallo. Ella en su defensa sólo bebió un poco de jugo con una expresión confusa.
[code]— Oichi-sama... no debería ¡NO DEBERÍA EXPONERSE ASÍ! ¿QUÉ PENSARÍA NAGAMASA? —[/code]

-Dando un giro de 180 grados para solo caminar en sentido contrario, alzando la mano derecha agitándola despidiéndome de la joven, mientras que solo cierro mis ojos en ese momento sintiéndome algo feliz por a ver tenido la dicha de conocer a dicha chica, aunque no sabría si volvería a verle pues no habría pedido contacto alguno-

Otro día si es que el destino asi lo desea...

-Susurro bajamente para mi-
OichiNoKata · 31-35, F
Le apenaban un poco esas palabras ya que le recuerdan a cierto mercenario que coqueteaba con cuanta mujer se le pusiera delante de los ojos. Aunque este era de suma diferencia a lo cual ella sonríe con plena confianza. Al despedirse levantó una de sus manos moviéndola de lado a lado, mientras que en la otra mano sujetaba el chocolate que trajo consigo recuerdos que siguen intactos en su mente. Más allá de no haberse puesto cabizbaja, decidió mejor sentarse encima de la tela disfrutando de la brisa de viento que acompaña el momento plácido.
-Me quedaba en silencio unos segundos, dejando escapar un suspiro ligero para solo desviar la mirada a un lado, después de ello solo vuelvo a hacer la reverencia y después de eso dirijo la mirada a ti volviendo a sonreír-

Lo lamento, debi prestar mas atención bueno Señora, le deseo un hermoso dia de playa, cuidado con el quemarse la piel, paso a retirarme...

-Pensando en mejor irme pues de cierta manera me sentiría un poco mal por hacerle recordar lo anterior, pudiendo prevenirlo al leer la mente o el corazon de la persona, sin embargo era algo que habria tratado de evitar hace poco tiempo, pues deseaba conoce rmejor a las personas al tratarlas-

Con su permiso
OichiNoKata · 31-35, F
Hizo un momento de silencio mientras aceptaba aquel chocolate. No quería ponerse triste, porque en el fondo siempre habría un hueco que nunca podría llenarse. Esbozó una sonrisa y entonces agradeció el regalo haciendo una reverencia ante el más alto.

— Se lo agradezco con mucha gracia. A pesar de todo debo decirle que he enviudado hace muchos años ya. No tiene de qué preocuparse, usted no lo sabía pero así es. Sigo siendo una señora, aunque ya no tenga a nadie —
Ohhhh es una mujer casada!... quien lo diría, se ve tan joven, disculpe entonces si le ofendí en algún momento!... mire un presente!...

-Llevando la diestra a mi pantalón mientras que en ese momento buscaba entre mis bolsillos mientras que me quedo algo pensativo, después de eso volteo a ver a un lado-

Se terminaron?... pero... no no...

-En ese momento chasqueando los dedos buscaba en mi cintura una bolsita que cargaba, de esta misma sacaba una barra de chocolate en su envoltura cual te ofrecería-

Gusta?... lo traje de Alemania, dicen que ahi nació la producción de cacao hace tiempo atras y son muy buenos...
OichiNoKata · 31-35, F
Le halagan esas palabras , pues hay algo de cierto en todo ello. Oichi ha concebido el matrimonio cuando era demasiado joven, y como una honrosa esposa, quiere mantener cada detalle en su lugar. Por eso cree que es incorrecto que acepte que le digan señorita.

— Me he casado cuando sólo tenía 20 años. Aunque no lo parezca, tengo 30 años , dígamos que es un secreto de mi familia que conservemos tan bien nuestra juventud —
Oichi?... vaya un nombre curioso, y muy bonito, es un placer conocerle Señora Oichi, disculpe mi atrevimiento, pero no se ve tan mayor como para ser una Señora...

-Dejando escapar una pequeña carcajada mientras que solo desvió la mirada a un lado en ese momento que vería tu reverencia, correspondería rápidamente ese acto de la misma manera, no era tan común ver aun estos modelos en la actualidad-

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