— El destino es caprichoso, nunca hablará de lo que pretende. —añade y con paso calmo sigue andando por el recinto natural. Los lindes de una pequeña villa cercana a Nashdag.
Rió con buen ánimo, entrecerrando un poco los ojos en tanto— ¿Cuántas aventuras no habrás pasado ya, Garou? El "mundo de los humanos" es curioso. Siempre encuentran una forma de sobrevivir a todas las adversidades, ha sido interesante congeniar con ellos a través de las eras. —lo dice con cierto énfasis, vaya que gobernar en tierras donde los humanos convergen ha sido siempre un caso— ¿Que te trae ésta vez a éstas tierras?
Mmmm sí... El destino, podría decir unas cuantas cosas sobre lo que está escrito. - Su invitación le cayó de maravilla, su altura hizo sombra a la figura de la contraria mientras daba sus primeros pasos a su lado. - Nuestra Diosa siempre nos acompaña, incluso cuando el sol está en el cielo sentimos la presencia de Selene. - Viró su único ojo hacia los pocos rayos de sol que caían a través de los matorrales, sonriendo. - Una vez tuve que dar caza a un grifo tan grande como un dragón - Explicaba mientras hacía gestos con sus manos enguantadas. - Es extraño si tomamos en cuenta que mi mejor oficio es la caza de brujas, pero eran tiempos difíciles y siempre es necesario el dinero en el mundo de los humanos.
[code]— Más que el olfato, se llama destino. —atino a decir con el ánimo cálido, calma y con gentileza. Así, sonrió apenas con un gesto moderado, otorgándole al Garou un lugar a su costado.— Camina conmigo, Garou. Cuéntame de tus hazañas en tierras lejanas ¿te ha cobijado la luna en cada una de ellas?[/code]
Tal parece que mi olfato de alguna manera u otra siempre me termina acercando a ti. - Después de tantos años, no encontraba excusa alguna para mentir. Su aroma era una de sus más grandes debilidades -
