Suspiró aliviada al saber que el peliverde había cedido a su idea de permanecer más tiempo del necesario fuera de la academia. Sabia que, si algo llegaba a pasar, posiblemente podrían hacerse cargo entre ambos, pero exponerse tanto era innecesario. Dejando ya su preocupación atrás, una enorme sonrisa se dibujo en el rostro de la castaña tras oír su nueva propuesta. Admiraba la rapidez con la que Deku lograba llegar a soluciones y propuestas en combate y tal parece que aplicaba también en situaciones tan comunes como esta salida.
—Sí, yo también quiero volver aquí, Deku-kun. —
Efectivamente, desde temprano había pensado en que le gustaría ir a la playa en otro tipo de situación, no sólo entrenamiento. Claro que la timidez le impedía aun realizar tal petición. Estiro sus brazos al aire, estirándose un poco antes de iniciar su trote detrás del chico, alcanzándolo momentos después.
—¡Vamos! —

(...) También quiso responder su pregunta, escucharla decir eso le llenaba de alegría. Era un buen sentimiento poder compartir momentos en lugares preciados para él.
— Esta claro que no será seguido... ¡Pero me encantaría volver a la playa de nuevo! —
Terminó alzando su mano y cerrando sus ojos manteniéndose feliz. Se adelantó un poco y comenzó a trotar en el lugar, volteándose hasta su compañera.
— ¿Vamos Uraraka-San...? —

La preocupación de la castaña estaba bien fundamentada, de seguro si pensaban irse mas tarde, no llegarían a tiempo a la UA. El peliverde quedó unos segundos pensando en eso, podían tener problemas si llegaban tarde. A pesar de que la contraria se veía animada ahora, no quería que se acabara su junta, puesto que era un lugar realmente especial para él. Las cosas en la sociedad estaban siendo un poco mas tensas tras el retiro de All Might, sin duda era peligroso que alumnos de la UA se pasearan. Cuando terminó de pensar, levantó su índice diestro, sonriéndole.
—¡Podemos trotar hasta la UA! ¡Será agotador pero aprovecharemos hasta el ultimo minuto jun...! ¡Hasta el ultimo minuto! —

Se remarcó su nerviosismo en la ultima frase, pero mantuvo su sonrisa. (...)

(...)
Cuando logro calmarse, se levantó de aquella banca otra vez con sus ánimos reestablecidos.
—¡Esta bien! Si quieres entrenar otro poco, hagámoslo. —
Junto sus manos en un pequeño aplauso, indicando que había vuelvo a la normalidad. Pero ahora tenia una duda sobre lo último que su acompañante había mencionado. ¿Acaso quería empezar a ir a entrenar a la playa? Por ella no habría problema.
—¿Cuándo volvamos a salir…? ¿Quieres venir a entrenar de nuevo? —

—¡E-espera, Deku-kun! P-pero ¿no estas cansado? Además, ¿alcanzaremos a llegar temprano a la academia? —
Inquirió la castaña, después de todo, cómo el mencionó ya se estaba haciendo tarde. Y si bien, le gustaría seguir entrenando juntos, comenzaba a preocuparle que algo llegase a ocurrir tras estar tanto tiempo fuera de la protección de la escuela. Aunque hasta ahora no había ocurrido nada. Quizás sólo estaba pensando demasiado. Aunque claro, aquel pensamiento estaba bien fundamentado en sus experiencias previas. Era cómo si Deku tuviera un letrero brillante que dijera ‘’¡Atáquenme!’’ pegado en la espalda todo el tiempo. Su preocupación pasó al olvido en segundos, aquella imagen mental del letrero sólo consiguió que Ochako terminara riendo sola ante su propio pensamiento.
(...)

Milagrosamente la castaña se le había pasado la incomodidad que ambos habían generado al ser tan tímidos. Un suceso tan banal como beber de una botella quizá los había llevado demasiado lejos, pero el quico quedó en blanco nuevamente cuando la chica preguntó si se lastimaría entrenando. Tras unos segundos de pensar, era obvio que se preocupara de esa manera, ya que de una u otra forma el peliverde siempre se las arreglaba para terminar con algo roto. Sonrió y alzó su pulgar para demostrar que todo estaba bien.
— ¡C-Claro que no pasa nada Uraraka-San! Después de todo... ¿No creo que pensaras en un entrenamiento de combate, o si...? —
Obviamente estaba haciendo un intento de broma, por lo que rápidamente siguió hablando antes de que la chica contestara.
— Ya se está haciendo tarde, ¡Aprovechemos lo que nos queda de día para terminar de entrenar! Quizá cuando podamos volver a salir como ahora... —

Escuchó la voz de Deku acercándose, nuevamente sintió un nudo creándose en la boca de su estómago. Una vez el joven estuvo lo suficientemente cerca, volteo a verle, sonriendo algo nerviosa aún, aun apenada por su actuar. Con cuidado extendió su brazo para tomar su botella, la cual acomodó a un lado suyo. Estaba muy silenciosa en todo momento, simplemente no sabía que decir en estos momentos. Sabía que, si seguía así, seguro preocuparía al peliverde, ¿debería explicarle porqué huyo? ¡Era sólo una tontería! Seguro se reiría de ella. Estaba por abrir la boca y decir cualquier cosa cuando el contrario mencionó el entrenamiento. Suspiró. Era una buena idea para volver a romper el hielo y seguro así dejaría de pensar en tonterías.
—¿Entrenar? ¡Claro! Pero, ¿estás seguro? ¿No te lastimarías o algo así? D-digo no quiero decir nada malo… Sólo que no se si esta bien exigirte tanto… —
Si bien el joven se veía sano, Ochako no estaba del todo enterada de la situación de su cuerpo

(...)

Cuando ya estaba suficientemente cerca, intenta regular su respiración agitada mientras afirmaba ambas manos en sus rodillas. Subió la vista hasta la contraria y no supo que decir, por lo que solo le quedó mirando con cara de póker hasta que finalmente salió algo.

— Y-Yo... ¡L-Lo siento Uraraka-San! ¡P-Podemos seguir entrenando! —

El chico seguía nervioso por lo ocurrido, pero esta vez intentó disimularlo aun mas. Le extendió la botella de agua para regresársela y finalmente se reincorporó.

El peliverde sintió los pasos apresurados de su compañera, pero su cabeza negaba voltear a verla. Se quedó con el brazo extendido por unos segundos, hasta que su vergüenza bajo, para poder llegar a mirarla. No había nadie a su lado y las huellas estaban marcadas hasta desaparecer a lo lejos. Para asegurarse miró alrededor para intentar ubicarla, pero fue inútil. Ahora se había asustado, creyó que de alguna manera había hecho algo malo y aceleró su paso hasta un trote rápido. Intentó seguir las huellas hasta que a lo lejos se veía una silueta parecida a la castaña sentada en una banca, había avanzado bastante en poco tiempo. Sudando y un poco mas cerca alzó su mano y la movió de un lado a otro intentando que se fijara en él.

— ¡U-Uraraka-San...! ¡URARAKA-SAN! —

(...)

(...)
En el fondo reconocía que su actuar era malo y seguramente estaba sobre exagerando un acto inocente. Poco a poco se calmó, volviendo a entrar en razón, tras lo cual disminuyo su velocidad hasta detenerse frente a una banca con vista al mar para descansar y retomar aire. Habría dejado atrás al peliverde lo suficiente para no distinguirlo a la distancia, así que decidió quedarse en ese lugar y esperar.