Fue directo y tranquilo con su propuesta. Se dirigió hacia su habitación sin hacer mucho escándalo y se tomó algunos minutos, después de todo debía bañarse y cambiarse el uniforme escolar, después de todo era un chico ordenado y hacendoso a pesar de no parecerlo por su actitud.
Salió luego de un rato hacia el área común, esperando a la chica con una cara de fastidio como siempre la tenía.
—¿Donde demonios se metió?—murmuró molesto mientras su pie diestro daba con su punta constantes pisadas sobre el suelo del lugar.