[center]Permanece con una cara de poker ante los comentarios agresivos del rubio, está acostumbrada a esa lengua filosa que no considera los sentimientos de los demás : Ni el de los humanos o animales — ¡Pero no dejaremos que muera! A tu manera te preocupan los demás, y no piensas perder ante el reto de Aizawa sensei— La mirada asesina de Bakugou le hizo alejar al pequeño hámster usando su propio cuerpo como escudo — Le compramos accesorios para que se sienta bienvenido y querido — Bueno, tambien tenia muchas ganas de probar el boba tea del centro comercial, juntar las moneditas sobrantes de la máquina todo un mes para ese momento.
Uraraka regreso al dormitorio a bañarse y limpiar al hamstercito, con un cambio de ropa y el hamster descansando en su cabeza ya estaba lista para el encuentro en el centro comercial.
—¡Mira! ¡hola! ¡holaa! — Alzo una de sus manos queriendo llamar la atención del rubio una vez que este
Fue directo y tranquilo con su propuesta. Se dirigió hacia su habitación sin hacer mucho escándalo y se tomó algunos minutos, después de todo debía bañarse y cambiarse el uniforme escolar, después de todo era un chico ordenado y hacendoso a pesar de no parecerlo por su actitud.
Salió luego de un rato hacia el área común, esperando a la chica con una cara de fastidio como siempre la tenía.
—¿Donde demonios se metió?—murmuró molesto mientras su pie diestro daba con su punta constantes pisadas sobre el suelo del lugar.
Sin querer estaba aceptando el juego, aunque no paraba para dejarla que le diera alcance, buscaba no ir demasiado adelante de ella y el pequeño hamster.
—¿Accesorios? ¿Para qué si solo lo tendremos una semana? Le miró sobre el hombro con una cara de desconfianza ¿Qué tipo de loca compraba tantas cosas para un animal que solo tendría unos días?
—Por lo que sabemos podría estar muerto para mañana si lo descuidas por un momento.
Sus ojos brillaron con una malicia plena, mirando al pequeño hamster con una sonrisa llena de instinto asesino.
—Pero supongo que debemos ir a comprar la comida ¿No?
Llevaba su mochila sobre el hombro, así que se dirigió hacia los dormitorios.
—Vayamos a cambiarnos y luego vamos al centro comercial.
Las ya rosadas mejillas de la chica se tornaron más rojas, no era un secreto su estatus económico pero no iba por ahí vociferando tal información como si fuera algo normal.
—Ah. Gracias, Bakugou puede que con esto alcance para la comida, ¿debemos comprarle tambien accesorios a Kacchan? Un pañuelo verde militar le quedaría bien— Intenta acercarse al sol con una invitación, deseaba observar un poco más ese cuadro. —No es amenaza..sabes que Aizawa sensei volverá a revocarte la licencia provisional o algo si ve que regresiones a ser tan egoísta — Es directa y al punto, honesta sin miedo a las consecuencias, ¿era inocencia? Un poco, quiza. Le miro feo pero esa mueca solo le hizo hacer ver más gorditas sus mejillas —¡Ya te dije que el puede entenderte! Le puedes causar serios problemas emocionales—
La interacción entre estudiantes del género femenino y Bakugou era rayando en lo nulo, muchas poseen un crush por ese alumno tan destacado pero era mayoritaria la opinión de “alejarse lo más posible o te hará llorar” — Pero lo eres..tu eres el papá y yo la mama, somos una familia ahora o al menos hasta que acabe el proyecto — Habló con tranquilidad queriendo explicar sus intenciones de cooperar en el equipo sin un rastro de verse asustada por los gritos del rubio.
Desde que tuvieron una excursión a un museo de arte y se quedó maravillada por un cuadro de intensos colores naranjas y amarillos que desea representar la intensidad de la juventud, no puede dejar de asociarla con Bakugou.
Un cuadro incomprendido que despierta una llamarada de emociones pero al brillar tan intensamente todos deciden alejarse —¡N-No soy pobre! Es solo que entre tu y yo a ti te costará menos poner algo más de efectivo —
—¡Y no me amenaces! ¿Acaso crees que le tengo miedo a Aiz...
Giró su rostro, mirando hacia ella cuando decía aquella amenaza y cuando vio al animal nuevamente le gruñó y le miró intensamente. Aquel pequeño hamster le sacaba la lengua y se burlaba de él escondiéndose con Ochako.
Cerró su puño fuertemente mientras intentaba calmarse, una vena se saltaba en su sien por la molestia.
—¡Yo no soy su papá! — dijo apuntando a la bola de pelos y dando unos cuantos empujones con este en su frente. —¡Y ese es mi nombre!
Estaba peleando solo cuando ella se puso a calcular cuanto les costaría el mantenerlo.
—¡¿Qué?! ¡Se que eres pobre pero no puedo pagar todo yo! —dijo molesto, sacando un pequeño monederito el cual tenía algo de dinero que le daban sus padres.
—¡¿Con esto basta?!
Estaba que explotaba con la situación y las burlas de su compañeros al fondo de todo.
Se giró molesto, tomando su mochila mientras caminaba hacia la salida.
—Vamos, supongo que no nos queda de otra, pero se quedará en tu habitación.
El rubio iba echando humo, caminando como era normal cuando estaba molesto, con pasos grandes y acelerados.
Rodo los ojos pensando en cuanta comida iban a necesitar alzando los dedos haciendo cuentas —eh..bueno tu te puedes encargar de los gastos, yo me encargo que no sufra traumas emocionales — Junto las manos para recibir al pequeño Kacchan, dio unos cuantos pasos atrás alejándose del rubio.
Sus compañeros ya ven normal esas actitudes en Bakugou así que solo rieron un poco y siguieron el camino a la salida —¡Si le pasa algo, Aizawa sensei te va a castigar! —
De poder escoger a un compañero de equipo Bakugou termina siendo su opción número diez en la lista pero debe tomar la oportunidad para quizás entender de donde nace todo ese odio hacia Deku y ser una mediadora para los dos.
—¡Se llama Kacchan! — Repite animadamente ya en piedra que ese iba a ser el nombre de la cría que cuidan los dos, era un nombre adorable y le quedaba bien al hamster que le hacía ojitos de vez en cuando — Y creo que me quiere, es un poco más agradable que el papa..— Entrecierra los ojos con una sonrisa socarrona pero esta explota al ver a los dos pelear
—¡Deja al hámster, Bakugou! Los animales son muy inteligentes y pueden verse afectados si los lastiman emocionalmente— Les dejaba pelear pero no estaba de acuerdo a que insultara a la preciosa bola de pelos que ahora amaba.
Eso no tenía sentido, Aizawa nunca dijo nada sobre apariencias ¿O si? ¡Solo dijo poderes!
—¿Acaso me estás jugando una broma?
Las miradas del rubio y del hamster se encontraron, sacando chispas alrededor de lo molesta que era la situación.
—¡Te mataré maldito hamster! — gritó en el salón para luego verlo flotar de pronto.
El hamster parecía estar tan enojado como él, y ayudado por una explosión que salió de su trasero dio una patada voladora a Bakugo quien parecía estar dispuesto a matarlo de no ser porque este se refugió entre las manos de Uraraka de nuevo.
