-Parecia irreal lo mucho que alguien como Ulquiorra podía acelerar su ritmo cardíaco, quien siempre parecía ajeno a todo tipo de sentimientos, ahora parecía sumergirse en la misma oleada apasionada que ella. Se sentía dichosa.-
-Algo que en otras épocas resultaría diferente, ahora le era tan natural que parecía un sueño. Besar los cálidos labios de su chica, eran sin lugar a dudas el motivo de sus cálidos latidos de su corazón.-
-Sus largas pestañas opacaron a sus ojos en el transcurso de la unión de sus labios, esa sola acción bastaba para que Ulquiorra fuese capaz de robar de ella un sin fin de suspiros así como el latido acelerado de su corazón.-
-Esperaba expectante lo que su elección le daría como premio, no faltó mucho hasta que sintió sus cálidos labios sobre los suyos. Sonrió y abrazándola de la cintura, beso de la misma forma con suma calma y pasión.-
-La respuesta fue inesperada, pero por supuesto que iba preparada para cualquier número que escogiera. Siendo el número dos entonces, se inclinó para besar sus labios, lenta, cuidadosa.-
