¿Has negado y admitido en solo unos segundos que te sonrojaste? *Rió nuevamente y con alegría dio un fuerte abrazo a su contrario* ¡Perdón por molestarte! Pero te viste tan tierno que no pude evitarlo~ 💛
No sé de qué estás hablando Naranjita. -Dijo con orgullo, alzando su rostro y aclarando su garganta como si esto fuese a esconderlo, fue así que observó sus ojos con los propios carmín y añadió.- ¡Pero te hago sonrojar más seguido yo a ti!
¿Un refresco de naranja? *Bromeó, emitiendo una leve risita antes de picar suavemente una de las mejillas ajenas* Te ves bien con ese pequeño rojo en tus mejillas, no lo escondas, no lo escondas{?}
Bueno, si quieres casarte conmigo será mejor que lo simbolices con algo mejor que un dulce de limón. (?) -Añadió comiendo este y cruzándose de brazos para ver hacia un lado y dejar que se baje su pequeño sonrojo.-
¡Hahaha! *Comenzó a reír al presenciar aquella graciosa y tierna reacción. Abrió la cajita en la cual tan solo había un dulce de limón, se puso en pie y se lo ofreció al mayor* Creo que cumplí bien tu premio, senpai{?}
-Estaba tomando algo de refresco, esperando su sorpresa cuando sus ojos se abrieron de golpe y no pudo evitar escupir el refresco hacia un lado, parpadeando un poco y con el rostro levemente sonrojado.- ¡¿E-eh?!
Hmm... *Pensó un momento, luego se deslizó con gracia hacia él, inclinada y posando una rodilla en el suelo para extenderle una diminuta cajita de color negro y tacto aterciopelado* ¿Quieres casarte conmigo? *Sonrió por sus adentros, sabía que las muchachas siempre se impactaban en esos momentos, era infalible*{??}
Bueno entonces elijo como premio que... me sorprendas. -Dijo sonriendo con malicia, cruzando sus brazos y alzando su mentón, imponente, orgulloso como era, posando esos brillantes ojos de rubí en los de ella.-
Con tu gran poder destructor, puedes reclamar el premio de tu elección{?} *Dijo siguiendo con el drama y tumbándose con sus brazos extendidos a los lados, aunque lo hacía muy teatral dándole a propósito ese tono fingido a su "pesar"*
