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[code]Su nacimiento estaba predicho por su antecesora, la quinta Oráculo de la antigua Grecia. Se decía que en cuanto el llanto de la pequeña niña resonara por la habitación el corazón de la anciana dejaría de latir debido a que su poder sería absorbido dentro del pequeño cuerpo al que llamaban “contenedor”. Nunca se le asignó un nombre ya que su vida servía a un único propósito: ser un puente entre los humanos y lo divino, "el ombligo del mundo".

La nombraron “Oráculo" y su madre la dio a los sacerdotes a los pocos meses de vida tras una dura y triste despedida puesto que su misión ya había terminado y ahora no tenía cabida en el lugar sagrado. Fue instruida por los sacerdotes, cuidada y protegida por ellos; jamás se le permitía salir del templo consagrado a Apolo pero ella se las arreglaba para escapar de vez en cuando, como cualquier niña traviesa y con ansias de libertad.

De ahí nació el apodo que el pueblo terminó por darle: Aphrodite. Se rumoreaba que la chiquilla peliverde era hermosa y con una belleza comparable con la de la misma Diosa del amor; escuchar los murmullos molestó a los sacerdotes que si antes eran estrictos se volvieron aún peores. [/code]