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[code]había disculpado antes, así que no sabía qué se suponía que debía decir o hacer. Miró de reojo a Lúnisse, pensando por un momento que tal vez ella tendría la respuesta, pero pedirle ayuda le provocaba dolor de estómago. —Te-soro... —Empezó con duda. —Hm... —Era complicado, su mirada denotaba preocupación y cierta molestia. Se rindió al final y decidió utilizar el cuenco vacío para cubrir su falla. —Rico... Más, ¿por favor? [/code]

[code]Fue monumentalmente ignorada por el objeto de su devoción, y eso no le causó gracia. Naxvha llevaba más tiempo siendo compañera de Nevan así que debió haber sabido que desobedecer sus órdenes significaría un silente castigo; es que no entendía, eran perfectos cuando eran solamente dos. ¿Por qué tenía que haberlas traído?, ¿es que ella no le era suficiente? Desvió la mirada de la escena que ellos ofrecían y se dedicó a examinar el suelo, cabizbaja, su orgullo de dragón estaba herido, pero no podía comérselas para hacerlas desaparecer u obsequiarles una matanza, como haría según sus instintos. —Tsk. —Ojalá ellas jamas hubieran aparecido.

Recibió el cuenco cuando le fue dado y la exquisitez de su olor le abrió aún más el apetito. Se dispuso a comer con lentitud, bebiendo el caldo y haciéndose con los pedazos de carne para masticarla. Mientras el calor de la comida danzaba por su garganta se preguntó si debía pedirle disculpas a Vilheim; ella jamás se [/code]

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Estuvo dispuesta a cumplir la tarea que Nevan-sama le impuso, así fuese en compañía de la indeseable dragona, pero Naxvha se negó. Lúnisse torció los labios con cierta molestia por el acto rebelde, incluso ella sabía que en una comunidad las tareas eran lo principal para la supervivencia. Su padre decía que un equipo debía funcionar como la caja de engranaje de un gran reloj.

—Nevan-sama. Gracias.

Sobra decir que la espadachina daba brincos innecesarios con la intención de lograr alargar la altura de la tienda, pero al menos ya tenía bien armada la base y sus ataduras a la tierra. Ni el viento más salvaje lograría deshacer aquellos hábiles nudos.

—¿Pondremos todas las tiendas?, ¿habrá tiempo para ello?

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[code]Esta vez de sus labios salió un fuego luminoso que hizo burbujear el líquido en cuestión de segundos. Si comían rápido era posible que pudieran sortear el mal clima en sus tiendas, sin necesidad de consumir comida mojada. Además, apresurarse era una ganancia extra para Nexvha; mientras más pronto fueran a dormir, antes se deslizaría por la tienda de Nevan y compartiría el lecho con él. Bajo las cobijas nadie los molestaría. La sola idea la hizo sonreír entre el soplido.[/code]

[code]Nexvha tuvo que morderse los labios para no desatar su ira por medio de la lengua de dragón, pues Nevan le había comentado sobre los estragos que esta podía hacerle a cualquier persona que la desconociera. Estaba tan molesta, ¿cómo podía la enana pelirosa pensar que Nevan era una cosa para ella? Él era su tesoro, no porque fuese algún bien material, sino porque era lo más importante para ella y lo protegería con todo su ser; tal como cualquiera daría la vida por lo que considera irremplazable. — No. —Anunció en voz alta. —Yo quiero Nevan, no quiero fea. —A continuación, y sabiendo que estaba desobedeciendo los deseos de su líder, sopló aire caliente por la boca directamente hasta el caldero lleno de agua. Ayudaría a su modo, pero no se rebajaría a trabajar junto a alguien tan despreciable. A menos de que fuera por un asunto realmente importante o para salvar a Vinheilm. —Fuego. Uso fuego para ti, tesoro.[/code]

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