Fue en ese momento que dejando esas gigantescas huellas atrás se acercó a tan serena figura, no se le notaba hostil, y a pesar de su forma se encontraba en una disposición bastante tranquila, inclusive tomando su casco de uno de sus cuernos para descubrir su rostro, mostrando el rostro de un hombre relativamente joven, con rojas barbas y cabellos y una sonrisa amplia, el azul de sus ojos se hizo notar cuando los rayos del sol brillaron por sobre sus írises y fue entonces que soltando una pequeña carcajada añadió con esa voz potente al estar algunos metros de aquella. ー ¡Saludos! No creí que un lugar así iba a estar solo, ¿A caso he entrado a alguna propiedad privada de algún noble? ー Dijo cubriendo su frente para que el sol no lo encandilaze, claramente decidido a entender el cómo había llegado allí. Y de hecho la mujer frente a sí mismo tenía un aire místico e interesante.