¿Tan segura te encuentras que bromeaba? —Empleó un tono maquiavélico para dar más peso a la seriedad de su pregunta. Eliminó todo remanente de su oscura aura y volvió a la alegría usual que predominaba en él.— ¡Oh, sí! Puede pagarme con postres. ¡Serán el remplazo adecuado para no comerla!
Mordió su labio inferior al tenerle tan cerca, no era usual que ella se mostrase de esa forma, y sí bien quería hacerlo, se limitó a darle un ligero golpe en la punta de la nariz con el índice.— Sí lo hago, no podré detenerme. Y ambos no queremos que eso suceda. ~ —Volvió a golpear la punta de la nariz, siendo esta vez como castigo por tentarlo a ese punto.
[code]*Se sintió un poco de bien de saber qué ella te hacía sonreír con mayor énfasis, ya qué en su caso era igual. Cerró sus ojos al sentir las palmadas en su cabecita e intentó a hacer algo hasta cierto punto disparatado, pero en parte quería seguirte el juego.*
Puedes acercar y probar sólo un poquito.
*Señaló su mejilla derecha denotando un poco de coquetería, incluso acercó un tanto más su rostro hacia ti, al tiempo que cerraba uno de sus parpados.*[/code]
¡Sí! No puedes celar a tu botler. Además, mis sonrisas son siempre más grandes sí se trata de ti. —Comentó con una sonrisa en su semblante para calmar la ligera tensión que se había creado entre ambos.— Oh, sí. Las chicas malas abundan por aquí. —Respondió en un tono sutilmente sarcástico, pero entendía la intención. Y era por ello que le propinó de unas cuantas caricias en la cabeza.— Eres tan tiernamente sobre protectora, Nany-san. Inclusive, podría comerte como si fueras un dulce pastelillo. —Tras lo último, le ofreció un fugaz guiñó con su ojo izquierdo mientras mantenía la punta de su lengua fuera.
[code]S-Sí lo pones de ese modo tienes razón, a-además es un poco inapropiado de mi parte ponerme celosa...
*Mordió su pequeño labio inferior cuando tomaste de su aterciopelada mejilla aunque fuese sólo por algunos segundos, pero cuando hiciste aquel segundos comentario fue cuando su rubor se disparó y comenzó a mover varias veces su cabeza en forma negativa y cuando por fin se estuvo quieta fingió un poco de molestía aunque en realidad lo qué estaba era apenada.*
¡No lo soy! Y-Yo... sólo... t-trato de cuidarte de las chicas malas, eso es! (?)
*Eso ultimo lo pronunció como autoconvencimiento.*[/code]
¿Celosa? ¿Por qué lo harías? —Soltó una pequeña carcajada al escuchar eso. Le parecía tierno que pensara en algo como eso.— ¿No sería al revés? Después de todo, yo estaría contigo todo el día completo. Al menos hasta que cierres. —Se acercó nuevamente a la joven, llevando su diestra a la mejilla ajena para lograr atraparla entre las yemas de sus dedos con suavidad.— Comienzas a convertirte en una niña mimada, Nany-san. —Sus labios delinearon una amplia sonrisa tras lo dicho, soltándole de manera inmediata.
[code]*Su cuerpo se erizó cuando sintió aquel vientecillo proveniente de tus labios atacando su nuca y cerró sus ojos con fuerza, haciendo un pequeño y tierno puchero, después al ver como te alejabas abría lentamente los mismos para poder posar sus grandes y bellos ojos azules sobre ti.*
E-Es un arma de doble filo Suou-kun, espero no ponerme un poco celosa.[/code]
¡Por supuesto que me gustaría! —Se reincorporó a su posición anterior, manteniendo esa característica sonrisa que la rubia le provocaba. Con un par de pasos acortó la distancia entre ambos, y en una acción juguetona, soltó un suave soplido sobre la nuca femenina. Y de manera inmediata, retrocedió con un par de pequeños saltos.— Oh, ciertamente... Entonces, será mejor para su negocio, ¿no lo cree?
[code]¿E-En serio? Bueno, no tiene qué ser siempre, quizá sólo los fines de semanas. ¿Te gustaría?
*La hermosa joven de cabellera dorada como el sol, dibujaba un hermoso arco labial invertido, recreando una bella sonrisa, sus pómulos seguían empapados de aquel color rojo clavel, pero ahora un poco menos elevado, le era bastante atrayente verte vestido de esa manera, además cuando la denominaste como Ojou-sama, fue algo qué simplemente le encantó, pero obvio el muro de la vergüenza y el nerviosismo le impediría exteriorizarlo en palabras.*
