[code]Kaori escuchó la sentencia de muerte que aquel chico había proferido y rió cuando le vió irse. ¡Era realmente gracioso como él hacía ciertas cosas! Y ahora entendía porque la pelirosa desconfiaba tanto de él. Ella apresuró sus pasos hasta llegar a lado de la baranda junto con Natsume, aun ahí seguía riendo al recordar que la vida de cierto azabache pendía en sus manos, o mas bien.. en su confesión.
— ¡Nee nee, Natsume! ¡No vas a creer lo que pasó! —