— Mira.

Sonríe al escucharle tomando dos piedras pequeñas, con su mano libre toma de forma delicada la mano de Noriko, coloca una de las piedritas color tornasol encima del dedo anular y luego una color verde jade.

— Escoge una de estas y la mandaré hacer para cuando nos casemos ¿Cuál te gusta?

Aprovecho la conversación aunque ella bromeara para saber cuál le gustaba más.

— Como buen pingüino te doy a escoger.

Que cursi se ponía con su novia pero le gustaba, le hacía sentir especial.

— ¿De qué te ríes, grandote?

No entiende porqué se ríe. De donde viene, dicha palabra no significa nada extraño. (?) De rodillas, ahí estaba escarbando en la arena para buscar a las que se "escondían".

— ¿Una piedra? Ooow eso se oye tan...cursi, si, cursi pero en el sentido lindo. ¿Cuándo me vas a dar una piedra? Y con piedra, me refiero a un anillo. (?)

Bromea, alzando la mirada.

— Hey que dijis... ¿Eh?

Gira su rostro enseguida como perro distraído al sitio que menciona Noriko (?) Se coloca de cunclillas tomando algunas por curiosidad.

— ¿Eres de coleccionar conchas? (?)

Ríe por el doble sentido pero niega recolectando algunas, las más llamativas y que creyó que le gustarían a ella.

— Algo cursi ¿Sabes que los pingüinos le dan piedras a su pareja? Es símbolo de que es su única pareja pingüino.

Lo decía con convicción, lo había visto en animal planeta (?).

Noriko murmura algo incomprensible, largandose a reír. Caminaba con él, se respiraba el aire fresco y la brisa marina le traía buenas sensaciones. Adam, por sobretodo, le hacía sentir bien.

— Tienes cara de niño bueno, pero tu cuerpo es otra cosa... ¡A-ah, mira! Esas cosas... Cute.

Se refería a las pequeñas conchas marinas en la orilla.

— Ayúdame a recoger algunas, cachorro.

Se auto señala a el mismo haciéndose la vistima sorprendido.

— ¿Yo un pervertido?

Empuja suave con su hombro a la ajena colocando su hombro por encima de ella mientras caminaban en la arena.

— Sigo siendo tu niño bueno, la cara no me ha cambiado (?) Las intenciones... Ya es otro tema ~

Viajar con ella a solas era un descanso de la vida de ambos, si fuera por el, recorría el mundo con ella y se dedicaban a eso.

— Porque no necesito un antecedente por exhibicionismo, duh...

De hecho, se cubre un poco el pecho. Ya está mirando a Adam con una media sonrisa, dándole un golpecito con el codo.

— Ara...~ Te volviste un pervertido. ¿Dónde está el niño bueno que conocí?

— ¿Por qué a casa?

Mira al rededor sin entender porque se irían sin antes probar el mar.

— Hay que aprovechar que estamos sin personas

Coloca su mano en su frente mirando por todo el lugar.

— ¿Aah? No es una playa nudista, cachorro. Pero vamos a casa...

— Quítate eso, me estorba la vista

— Todavía ni te toqué. Espera y verás. (?)