Ya en aquella cafetería maid, el lugar era juvenil, bastante extrovertido, habían muchos chicos de institutos y de universidad compartiendo el espacio.

— La mejor de aquí es la miau-pats es frappé de limón, el miau-choco es el que suelo pedir, es bastante bueno también pero esos son fríos. El café también es muy genial con sus figuras de gatos... No me digas que eres team perro (?

— Me gustan los gatos.

Fue su respuesta corta, aceptando sin darle vueltas al asunto. No le gustaba mucho la idea de ver un gato vestido de maid, iba en contra de su naturaleza. (?) Pero de todas formas, se entusiasma.

Sonrió ante su coquetería, simplemente asiente pensando rápido en algún lugar. Saca su móvil nuevamente buscando cupones en descuento.

— Hay una cafetería maid cerca ¿Haz ido? Tengo cupones con descuento, podemos ir a ver si algún chico gato te atiende

Le mostró los descuentos con comida incluida.

— ¿Gótica? ¡Hahaha!

Ser llamada Morticia era un honor; qué gracioso era Adam. Se le queda viendo, después mira a ambos lados pensando en voz alta.

— Me iba a casa, pero podemos ir a beber algo por aquí cerca. ¿Frío o caliente? Tal vez mejor algo caliente, cervezas hoy no.

Cuando lo observa nuevamente, le guiña el ojo bien simpática.

— ¿Te apetece?

— Vaya Morticia, primera chica gótica real y fiel a sus principios que conozco

Ríe divertido y simpático con ella, la joven era bastante agradable. El joven no perdió el tiempo en preguntar si podría acompañarla a dónde fuera.

— ¿Te molesta si te hago compañía? No sé si tengas que hacer algo en este momento. Ando libre, quizás podamos ir a tomar otra cosa que no sea tu veneno mortal

Una sonrisa ladina se marca en su rostro, a veces Adam era tímido aunque no lo pareciera, hablar con las chicas a veces para el era un reto que estaba aprendiendo a superar.

Dejó caer el móvil de dentro del bolso que luego cuelga a su hombro. Quería reír fuerte, otra vez.
Ese chico era lindo y simpático, pero no el más despierto de todos.
Noriko, fiel a sí misma, no se preocupa y asiente relajada.

— Si, si. Ahí trabajo, en una flo'... floristería. Bien pegadita al cementerio.~

— ¿Flores? No entiendo...

Tenía su semblante fruncido anotando su número en el móvil de la joven para luego entregarlo.

— A ver chica de batidos misteriosos con alergia al maní ¿Trabajas en una floristería en un cementerio?

Sus dedos dejaron de tocar la pantalla cuando alzó el rostro, fijándose en Adam. No podía mantener un rostro serio.

— Algo peor... flores.

De inmediato ríe con los labios apretados, y le cedió su celular sin pestañear.

— Hecho.~

— Diablos... ¿En el cementerio, vendes parcelas o algo así?

Se había sacado la lotería con esa chica, era algo nuevo escuchar que alguien tan joven trabajaba allí. Seguía husmeando en el celular de ella observando el mapa, el joven asiente indicándole con su índice.

— Se me ocurre una idea, ya que fui el que te invito, quizás pueda darte mi número, así te indico más fácil del lugar. Tómalo como un cambio por tu batido

— Jo, qué ubicación tan complicada. Al menos yo puedo decir que trabajo junto al cementerio y ya todos saben.

Es ella quien toma su propio celular para buscar en el mapa el sitio, siguiendo las indicaciones del chico.

— Creo que ya sé. Si me pierdo bueno, ha sido un gusto conocerte haha.