—Ese es el detalle, no soy un profesor como tal, solo soy un estudiante de más arriba.

Dicho eso subiría el amplificador para después empezar a ajustarlo, tras eso lo acomodaría en el suelo y conectaría la guitarra de la chica.

—Vamos, sigue tocando déjame escucharte.

— Un poco. Los profesores deben ser mayores, sino...

Dejó la frase inconclusa y ríe por la travesura que pensaba. Pero no quería distraerse, tomó el pequeño objeto probando hacer sonar las cuerdas.

— Ah...~ Como los guitarristas profesionales. Luego lanzan éstas cosas al público.

—¿Acaso luzco mayor?

Levantó las cejas en una forma ofendida pero claramente se notaba por el tono de voz que bromeaba, luego negó un par de veces disfrutando de la música que la mujer le daba.

—Bien, suena mejor, intenta con esto.

De su pantalón sacó una plumilla, para acercarla a la chica.

—Con esto sonará un poco más limpio que con los dedos, aunque bueno depende mucho de la técnica que uses.

— ¿Eh, tres? Buh, eso no es cierto.

Quería reír, pero no lo hace. Se muerde el labio bajando la mirada hacia la guitarra, dejando sus manos en la posición que le habían enseñado. Estaban bien colocadas, y nuevamente tocó los acordes simples que sabía. Ahora sí sonaban mejor. La chica sonríe amplio, elevando la mirada al profesor, buscando su aprobación.

— ¡Ah, tenías razón! Ya no se escucha taaan mal.

Dejó salir una risa un tanto alegre pero más que nada burlándose de sí mismo, incluso negó con la cabeza para después cruzarse de piernas e inclinarse un poco hacia delante. Viéndole fijamente con una sonrisa en los labios.

—¿Qué edad tengo? ¿Tan viejo luzco? Solo soy 3 años mayor que tu.—

Al decir eso volvió a recargarse en su asiento para luego mirar la caja con las luces, tras notar que esta ya brillaba con color verde con todas las cuerdas.

—Ahora si, muéstrame como tocas.

Frunce el ceño, escuchando con mucha atención.
Estaba dispuesta a seguir sus indicaciones, haciendo sonar las cuerdas entre ajuste y ajuste.

— Entonces el tipo al que le pagué esas clases antes era un estafador, porque nunca mencionó nada sobre afinar...

Miraba las luces, lo estaba haciendo bien. Pero la chica se detiene alzando la vista al profesor.

— ¿Puedo preguntar algo? Bueno, me intriga saber cómo alguien tan joven puede saber tocar todos esos instrumentos. ¿Qué edad tienes?

Era atrevida, no le importaba si hacer preguntas personales podía incomodar. Su curiosidad siempre iba por delante.

Otro suspiro se escuchó de los labios del mayor quien se sentaría en una de las sillas libres para escuchar como tocaba el instrumento, de esa forma negó con la cabeza, no estaba juzgando su forma de tocar sino que había olvidado lo primero.

—Primera lección, primero debes afinar el instrumento, cuando pasa un tiempo el mismo instrumento deja de sonar igual porque pierde tensión. Ten, usa esto.

De un cajón sacaría una pequeña caja color negro, la cual tenía unas luces que prendían, unas en color rojo y una en el medio de color verde.

—Debes hacer sonar cada cuerda y si prende un led de la izquierda, es que necesitas tensar más la cuerda, si es de la derecha, significa que debes soltarla. Y por último ci es el del centro, significa que está bien afinada.

— ¡No fue mi culpa! Perdí el autobús, esta vez es verdad...

Cerró la puerta, sonriendole al profesor sin remordimiento porque no le había mentido, por primera vez. Dejó su bolso en la el suelo junto a la silla, y escogió una guitarra para sentarse luego.

— Sé muy poco, por algo vine contigo. Escucha...

Los dedos sobre las cuerdas se movían con inseguridad, y se reflejaba en el sonido de los acordes. Era pésima, una principiante.

— 3 minutos tarde...

Acomodó sus gafas mientras que cerraba su libro de manera súbita, dejando salir un suspiro decepcionado.

—Te dije, no te daré clases de música si llegas tarde, intenta que no se repita. Adelante, muéstrame lo que sabes ahí están los instrumentos.

Con la mano libre señalaría el estante donde yacían varios instrumentos, entre ellos serían flautas, guitarras, piano, violines y un batería.