Sonrió ante su respuesta, ladeando un poco el rostro para ver su expresión. ¿Ya le había dicho que se veía adorable cuando se sonrojaba? Sin poderlo evitar, llevó una de sus manos hasta la mejilla del peliazul y le volteó suavemente.
—De acuerdo, aceptaré esa excusa...—Sonrió y presionó sus labios con los de él.