*En su cabeza sonó un tema vomitibamente romántico, sudó frío por unos instantes y luego de pasar saliva, su consciencia volvió a caer dentro de su casco. Cuando lo hizo, se dio cuenta que estaba sólo y en los pasillos de su castillo. Había huído de la mujer de sus sueños, o la soñó. (?)* He de estar enfermo. *Colocó el dorso de su diestra en la frente, tomándose bárbaro el calor. La ausencia de su espada lo dejaría tan inquieto que no volvería a soñar por lo que resta de semana.* (to be continued)

-Flexiono las rodillas y los brazos con evidente ánimo ya que representaba un reto que gustosa acepta, al ver la empuñadura dentro de su rango la toma con la diestra y la alza con tal facilidad que no se da cuenta del peso de la misma, la observa de más de cerca apreciando los detalles en el cuerpo de la gruesa espada, tenía adornos muy llamativos y el color todavía le asentua esa extravagancia - woouuh muy bonita, debe valer mucho dinero. -Dio un par de pasos hacia atrás para poder maniobrarla al mover su muñeca con esta.. literal dando espadazos al aire sin intención de atacar .- impresionante! Hahá

*Las hormonas eran tan traicioneras como un felino hambriento con acceso a tus vecinos. Por ello dejó caer la punta de su espada hasta apuntar al suelo y, al ofrecer el mango, tendría la punta de la misma apuntada a su estérnum al momento de cambiar de manos. Una oportunidad única de darle una muerte indigna al Divino Rey.

Necesitaba, sin embargo, ver a esa mujer cargarle el espadón.(?)* ¡Por favor!

....¡Qué demonios! -Se llevo un buen susto al escuchar aquel grito de batalla, que no parecía pertenecer a su zona..escudriño al hombre con la mirada y suspiro. - ¡Hombre que energía! Hahahá -Alzo la ceja pensativa a sus palabras y asintió - seguro puedo empujarlo y hasta blandirlo!

¡POR DEMACIA! *Su celibato tiembla en inconmesurable terror ante semejante bestia de mujer.* Seguro es capaz de empuñar mi sable. *No era una frase malintencionada, estaba admirando su fuerza.* (?)