—¡Ah!... Estaba muy caluroso... Cofocfjum...— desvío la mirada buscando su camisa para ponérsela encima por lo menos, tampoco entendía del todo porque se abochornaba de esa forma, ¿Cuando las cosas cambiaron y empezaron a ser tan diferentes de antes ? Trato de guardar la calma respirando hondo, entonces se acomodo la camisa prendiendola de un botón levantándose para acomodar su cabello. —¿Necesitabas algo? —
— Sé que de-ebí tocar pero es qué, pensé que traerías tu pijama y, — Tantos años de convivencia que sería impensable que Dominique no lo haya visto alguna vez sin su ropa. El rubor fue cada vez más visible en los pómulos de la hija menor de los Sade. ¿Por qué se excusaba? No era algo extraño, no debería serlo.
