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No brilles para opacar a otros, brilla para iluminarlos.
 
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Nitocris · 26-30, F
- Inesperado y ansiado fue ese roce sobre sus labios, alguna vez había soñado con una escena semejante, pero habría sido incapaz de concretarla más allá de sus sueños. Justo en ese momento en el que ella discursa sobre la lealtad que reconoce en él, su concejal decide actuar de forma osada. Nitocris se congeló —no de forma literal— no se movía, sus mejillas adquirieron un leve rubor y por breves segundos le fue imposible articular una palabra, una frase. -
Es un placer para mí tenerte a mi lado y sirviendo a Egipto, siendo tan dulce - eso último lo dijo pensando más en el momento de aquél roce, que en cualquier otra cosa, su dedo índice recorrió sus propios labios, con incredulidad, aún intentando creer lo que había pasado. -
SS1578091 · 31-35, M
—... —sus palabras fueron esa razón suficiente para que algo dentro de él gatillara una sonrisa; ladina y que irradia su propia luz, siendo el beso la causa del por qué no puede evitar no mantener la compostura. La cercanía fue clave en ese momento, por lo que con un giro de su rostro fue capaz de dejarse guiar desde la mejilla cercana hacia los labios de la faraón, donde finalmente tuvo la osadía de mantener un roce momentáneo —Gracias a ti, Nitocris —había pronunciado su nombre con total confianza, con esa complicidad que había florecido con el pasar del tiempo hasta brotar en algo digno de atesorar para el espadachín.
Nitocris · 26-30, F
- El toque de sus dedos, esa forma en que bordea su mano y la calidez que desprende en el tacto relajan a Nitocris, lo suficiente para no darle vueltas a la presencia de Ozymandias. - Tu lealtad, es recompensada con la confianza que te tengo, por eso eres mi consejero principal. - Se levantó e inclinó ligeramente hacia al frente, alcanzó la mejilla del nipón y dejó un corto beso- Gracias, por la firmeza de tus ideales y tu apoyo incondicional.
SS1578091 · 31-35, M
Sus dedos comienzan a entrelazarse con la falange de los ajenos, poco a poco sujeta su mano para mantener esa unión, y sobre todo, para atraerle un poco, claro está. Sonríe, no puede evitarlo tras escuchar sus palabras, y saber que la llegada del faraón no iba a alterar el orden establecido en el Egipto actual, confía ciegamente en las palabras de Nitocris sin dudarlo —Aún cuando así fuera, mi lealtad le pertenece a la faraón legítima. —la comisura derecha se ensancha hasta formar una sonrisa ladina.
Nitocris · 26-30, F
- La inquietud expresa de su consejero, es algo que ya tenía previsto Nitocris, la considera una reacción natural ante la inesperada aparición de otro faraón en las tierras egipcias, incluso para ella misma es una situación difícil de asimilar. - Es una anomalía, Shunsui, dos faraones en una mismo tiempo, es algo que no debería ocurrir, pero posiblemente hemos abusado de la magia y esta es una consecuencia. - El calor de su tacto le hace sentirse más tranquila, pero ella sabe que también debe darle paz a esos pensamientos. - Sigo siendo la Faraón de Egipto, tú y todos siguen bajo mi mando y protección, no te preocupes por ese detalle; Ozymandias, deberá entender que él apareció en mi tiempo, habrá de ser sometido.
SS1578091 · 31-35, M
Sus pasos y la guia de la faraón fueron de gran ayuda para el espadachín. Por un instante se pensó si había que explicar el por qué de sus palabras, pero al no verse en la necesidad de, sólo de delimita a tomar asiento en el primer lugar que su mano libre le permitió percibir. Una vez ahí, apoya la espalda contra el respaldo, improvisando alguna respuesta tras la pregunta —. Hmm... ¿Honestamente? No sé que pensar exactamente, pues no sé cómo funcionan las jerarquías en Egipto. Sin embargo, Nito-san —el tono de su voz se suaviza en el instante, siendo la mano propia aquella que sujeta la de la fémina y la mantiene segura —, no soy capaz de saberme a mí mismo siguiendo las órdenes de alguien que no sea usted —volvía a dirigirse a ella con esa propiedad, ese respeto, pero parecía necesario ante los ojos del nipón.
Nitocris · 26-30, F
- Arqueó la ceja cuando lo escuchó hablar, era claro que parecía estar confuso en sus respuestas, estuvo a punto de cuestionarlo cuando él corrigió sus palabras-Hmm... sí que lo tiene, es bastante elegante su obsequio. - Caminó con la vasija y la colocó sobre una mesilla, en breve colocaría las flores. -

Así es, Ramsés Ozymandias, uno de los faraones más grandes de Egipto, ha despertado luego de un largo sueño. - Le tomó de la mano y lo guío con pasos lentos hacia una de las sillas que acompañan la mesa principal en la habitación de ella- Siéntate, mereces descansar, dime ¿Qué opinas de la llegada de un nuevo gobernante?
SS1578091 · 31-35, M
—Si no lo hago yo, seguro alguien más lo hará. Y sí, creo que tengo buen sentido del gu-... —guardó silencio por un momento tras percatarse que, en efecto, estaba a punto de cometer un error garrafal, si es que ya lo hizo —, tiene buen gusto, sí —carraspea un poco ante la situación, mientras se encarga de dejar esta sobre las manos de la faraón, a quien agradecido sonríe. Ahora con un peso menos sobre su hombro (por no querer tener un accidente con tan exquisita pieza), se deja guiar por la voz de la egipcia, a quien se encargó tener delante —. Estoy seguro que así será, Nito-san. Mientras tanto, nos quedaremos con el misterio de quién pueda tratarse. Por cierto, escuché que recibiremos la llegada de un compatriota suyo.
Nitocris · 26-30, F
- La reflexión, fue lo que evitó que cometiera el acto de venganza que truncaria su destino; por esa razón era común verla murmurar sus pensamientos, siempre buscando alcanzar la virtud más alta. La voz de Shunsui le sorprendió, no esperaba su llegada y mucho menos ser colmada de halagos. - Shunsui, tu boca siempre está llena de hermosas palabras hacia mí, agradezco esa alta estima hacia mi trabajo. - Observó la vasija que lleva en las manos, un trabajo exquisito, demuestra el buen gusto de esa persona. -

Así que volvió, me intriga. Tiene buen gusto, quizás con el tiempo pueda saber quién es, le haré un regalo, mientras averiguas cómo hacérselo llegar. - Caminó hacía él para tomar la vacija- déjame ayudarte
SS1578091 · 31-35, M
—La sabiduría que posees dice mucho de la gran lider que Egipto tiene entre sus manos —menciona él desde el arco de la entrada, apoyando el hombro derecho en el borde para descansar por un momento. Sus manos ocupaban una vasija de fina apariencia; no escatima y tampoco tiene que envidiarle a otras culturas lo bien hecha que está —. El admirador anónino envía esto para su regalo. Espera que le haya gustado.

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