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—Por una T y es mi nombre, que curioso eres. Te buscaré un apodo. — ya que había notado su gesto, Nico era muy observadora y eso se aumento cuando experimentaron con ella, sus sentidos se dilataron por decirlo asi. —Buena pregunta... ¿Qué parezco? Unos dirán que una chiquilla, otros que una herramienta para su beneficio,otros una pobre diabla que perdió a su familia y otros una pobre criatura mientras dedican una mirada lastimera. — al torcer la boca hacia abajo arrugó levemente las cejas volviendo a limpiar con el paño la herida del contrario. Esta vez se abrió un poco soltando más del líquido blancuzco y apenas gotas de sangre que le laceraron la piel sin hacerle sentir más dolor del que ya ha sentido anteriormente. —Soy Nicoletta y me dedico a cobrar, golpear y humillar a bastardos. Y tú? — acercó la botella para servirle más y luego ella se la empinó hasta beber por debajo de la mitad.
Nikto · M
—Nikto —pronunció su nombre, hizo una mueca de desagrado, como si pronunciarlo le causara un escozor aún mayor que el de la aguja punzando su piel. Su semblante se alteró hasta el momento en el que vio la piel ajena regenerarse, sonrió con un brillo en sus ojos que la curiosidad había despertado.

—¿Qué eres? —preguntó a quemarropa, quizás un tanto inescrupuloso. No respondió al ofrecimiento del licor, simplemente tomó el vaso y de un trago consumió todo el contenido.
-esto me vendría genial hahahaha! .— busco la aguja y esterilizo mientras tomaba una punta del hilo, una vez listo se acercó pero se detuvo ofreciéndole una botella de vodka ruso al contrario. —Ten.. por si tienes sed. —
No sabía si hablar al respecto, ¿Será que él también había sido parte de los experimentos de Vough?.. Quién sabe, en este depravado mundo todo podía suceder. —Ahora lo veremos. — mando un mensaje para que le enviaran comida, caldo de wogtons con salsa picante, unos rollos primavera y algo de costilla dulce. Justo después se giro a buscar el botiquín y tomo un pequeño banco para sentarse frente al extraño.—Como te llamas? — sumergio un paño en agua fría primero para limpiarle la sangre reseca, le daba algo verlo tan "mugroso" ,segundo para despejar la zona de la herida y ver qué tan grande era el daño. Una vez termino con ello, tocó la zona abierta donde todavía brotaban pequeñas gotas de sangre, al sentir el líquido vicoso en la yema, está se lacero provocando se le formará una herida pequeña, le mostró como la carne quedaba sin piel pero al mismo tiempo se regeneraba con la misma rapidez que había sido herida. Torció la boca sonriendo en son burlón para si misma. —Si yo fuera sado, e
Nikto · M
—Ambas, o quizás algo aún peor.

Un breve aroma ácido, producto de la sorpresa y la preocupación, notó emanar de ella. ¿Se estaba ocultando de algo o alguien? Su curiosidad pronto se vio exaltada, así que obedientemente tomó asiento donde ella indicó.

—Toma tu tiempo —aprovechó la breve soledad para analizar con la mirada el lugar, y analizar los olores que emanaban de su ambiente. Tabaco, pólvora, perfume caro... Justo lo que esperaba.
...muebles junto con un baño al final, Lucia bastante limpio para lo que se espera de ese tipo de lugares.
Torció el cuello con la mirada entrecerrada... Seguramente estaba alucinando, quién sabe en qué lío se estaba metiendo al hablar con este desconocido pero su humor de aprovechaba para ello. Al no recibir ningún número guardo su celular en el bolsillo de su chamarra mientras sacaba un tabaco para prenderlo y dar una profunda calada al mismo. —¿Es tóxica o me va a derretir los dedos? — parecía muy normal para ella ese tipo de situación, no se asusto ya que ella tenía sus propios secretos, unos infundados por otros pero al final secretos que quién la reconociera diría que no lo son tanto. —¿Tienes hambre? Te ves muy desnutrido. — luego de unos pasos llegaron a una puerta negra de metal, un golpe hizo que cerrojo se corriera, se abrió ante ello y lo halo a dentro por la camisa oscura ya que escuchaba pasos en la lejanía. Ese era uno de sus escondites. —Es algo pequeño, pero funciona, toma asiento y espera..— en el pequeño cuarto había un sofá-cama , una nevera, una pantalla y otros pequeño
Nikto · M
—No me creerías si te lo dijera —esa pregunta le hizo soltar una sonora carcajada. Quizás porque, sin saberlo, ella había dado en el clavo. Ah, qué recuerdos de su "cueva". De no tener el tiempo encima, le hubiese gustado a sentarse y disfrutar de ese sabor a nostalgia que se instaló en su paladar.

Optó por dejar la llamada para otro momento y siguió a la mujer. Observó sus cicatrices, le resultaban familiares. Algunas hechas mediante confrontación, pero muchas otras, reconoció él, eran autoría de un verdugo, un torturador.

—Ten cuidado con mi sangre. Sólo un pequeño consejo.
—¿De que cueva saliste? —tomo el celular otra vez y volteo a mirarlo a los ojos, tenían aproximadamente la misma estatura por lo que era algo fácil de hacer. La mueca en sus labios no se esfumó, parecía hacerse más grande pero su curiosidad era mayor. —¿Que número? — empezó a teclear unas cosas antes de lo que le fuera a dictar, a punto de darse la media vuelta cuando por lástima seguramente le dijo. —No, pero tengo experiencias con las heridas. Sígueme— hablo en un tono de orden, luego mostró un par de cicatrices que tenía por el dorso de las manos y muñecas.
Nikto · M
—Ah, uno de estos... —era la tecnología un misterio para él. No muy diferente de la magia, en lo que le concernía. A punto estaba de comenzar a toquetear y explorar el dispositivo, cuando la pregunta de la rubia le hizo pasar su atención de éste a los ojos femeninos.

—No vivo en ningún sitio —honesto, como siempre. —¿Quieres suturarme? Eso me gustaría, ¿eres médico?

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