[b]Edad real:[/b] Vive desde la era del mito. [b]Edad aparente:[/b] 25 años. [b]Raza:[/b] Valkyrie. [b]Título: [/b] níðingr (Renegada).
[b]Apariencia física:[/b]
Gunnfild tiene el aspecto de una hermosa y joven mujer, de tez pálida y definido rostro. La belleza que refleja su divino rostro es tal que no se asemeja al de ninguna otra mortal, ni es comparable con la imagen más bonita capaz de imaginar la mente del hombre. Sin embargo, como semi-diosa, tiene la capacidad de nivelar esa innata delicadeza y gracia, pudiendo pasar por una joven "simplemente guapa". Sus cabellos son largos y sedosos, frágiles como el cristal y ligeros como el aire. Su coloración es de un dorado ahogado y normalmente lo lleva despeinado; sus hebras parecen independientes unas de otras, simulando la propia belleza de la naturaleza. Solo lo suele recoger en ceremonias o para el combate, normalmente en coleta o en moño. Su fisonomía es delgada, cual muñeca de porcelana dispuesta para engalanar una habitación; algo que confunde sobremanera a quienes se la encuentren, pues a pesar de su apariencia frágil y fina, su capacidad física equivale al de 10 hombres.
[b]Personalidad:[/b]
Leal a Odín, como todas las valquirias, y a Freya, que lidera a todas ellas. Fuerte, seria y sencilla, no se aleja demasiado de los parámetros de una guerrera auxiliar. Sus sentimientos y emociones quedan en un plano dispar del humano, pero a veces se le puede asemejar, en un intento de "humanizarla". Es complaciente y bondadosa, pudiendo llegar a anteponer su vida por salvar a alguien que el destino necesita. Su mente, altamente experimentada durante tantos siglos de reencarnación, ignora por completo aspectos "vanales y absurdos" del mundo de los hombres, tales como el amor, la economía o la salud. La batalla es su mayor pasión (llamándole pasión a su eterna empresa), y es capaz de sentir admiración por los guerreros que dan la talla. [/i][/center]
[center][b][i]Historia:[/i][/b][/center]
Gunnhild era una valquiria al servicio de Freya y leal a Odín. Como la mayoría de valquirias, su principal propósito para con sus dioses era el de acudir a las batallas de Midgard para alentar a los "guerreros favoritos", inclinando la balanza de las guerras a un lado u otro, así como de responsabilizarse de que los más diestros y honorables guerreros muertos en combate sean guiados al Valhala. En tierras de dioses, la valquiria haría de la hospitalidad su segundo trabajo, dando a los guerreros aguamiel y haciéndolos sentir gratificados como nunca en sus mortales vidas pudieran haber imaginado. Todo marchaba bien, siglos tras siglos, hasta que llegó un día en el que las cosas se torcieron. Un guerrero intrépido, como ningún otro había existido en años, tenía consigo el beneplácito de Odín; sus victorias eran aclamadas, no perdiendo en ninguna ocasión ya fuesen duelos o sangrientas batallas de guerra. Mas, la valquiria Gunnfild cometió un terrible error: en una señalada guerra decisiva, en la que uno de los favoritos de la diosa Freya luchaba en contrario bando al del favorito de Odín, la guerrera decide alentar al de su diosa. Así, le daría muerte al famoso e invicto guerrero. Y, como si las fauces del Ragnarok quisieran abrirse, Gunnfild no pudo guiar el alma del guerrero hacia el Valhala (pues, aunque le hubiera dado muerte, la recompensa de tenerlo en el palacio de Odín equilibraría la balanza que constantemente bailotea en el devenir de las guerras).
Gunnfild recibió un castigo letal por parte del rey de los dioses: el exilio. Su título como valquiria fue requisado, y su esencia fue enviada directamente al lugar más recóndito de entre los reinos, aquel al que nadie desea entrar, ya sea mortal o dios: Niflheim.
El honor manchado por la amazona, sin embargo, le hacen sacar fuerzas de la nada, imponiéndose la auto-compasión y la auto-superación por encima de su mitad mortal. Decidiría recuperar lo perdido, aquel título de valquiria ante Odín, Freya y el mundo, así como lograr averiguar qué es lo que pasó exactamente ese día: qué o quién impidió que cumpliera su cometido. Incluso si ello requiera entrar en el mismísimo Helheim...
- Maestra en el arte de la lanza y escudo, así como en la espada corta.
- Fuerza, resistencia, reflejos y rapidez sobrehumana (equiparable a 10 soldados).
[b]- Beso de la muerte - (bloqueado)[/b]: Como Valkyrie, tiene la capacidad de conceder a los caídos en combate el último aliento. De este modo absorbe el alma del guerrero temporalmente para poder llevarla sana y salva al Valhala.
[b]- Sanación - (bloqueado)[/b]: Con el fin de que el héroe que el destino ha citado no caiga en una batalla, la valquiria puede restablecer su vitalidad para que continúe luchando. Heridas no letales como las ocasionadas por una flecha o espadazo serían disipadas, y el dolor ignorado.
[b]- Berserker - (bloqueado)[/b]: Con el mismo fin que la sanación, Gunnhild insufla con valor el alma del héroe, obteniendo así un estado de máxima barbarie en el que no sentirá las heridas hasta que su cuerpo no sea totalmente masacrado. Incluso "muerto", el guerrero en estado de berserker seguirá luchando hasta que no quede nadie vivo, cayendo después muerto bajo el manto de la aceptación divina.
[b]Transmutación espiritual:[/b] Su cuerpo es absorbido por su espíritulo, transformándose en un haz de luz cuya luminosidad puede nivelar hasta apagarse. De esta forma puede acompañar a un héroe en forma de guía individual, o viajar rápidamente.
[i][b]Armadura:[/b] Actualmente sin armadura. [b]Armas: [/b]Actualmente sin armas.
