Los recuerdos de aquel fatídico día quedaron escondidos en la memoria de la última de los Salerno, un imperio había sido derrotado por nada; un misterio sin resolver hasta el día de hoy. Ella no supo cómo ni por qué o desde cuando habían estado planeando tal masacre; bien dicen que no dejes a ninguno de la manada vivo porque cuando crezca y tenga las fuerzas suficientes no sabrás de donde llego la mordida. En ese entonces todos eran enemigos, con ayuda de un moribundo Tommy pudo irse y esconderse, no hasta que todo estuviera mejor sino hasta que tuviera los medios para.. la venganza.
— Motocicleta, chaqueta negra, un casco de sobra, ¿No habrías estado planeando escapar saltando por el muro o algo así, verdad? — Era una pregunta falsa, no habían pasado ni un par de días como “familia” cuando ella habría intentado escaparse de una casa que curiosamente el no había cerrado para ella, siempre le causaba gracia como es que se las ingeniaba para complicar mucho más las cosas.
—No esta vez— Su semblante cambió, era un negociador nato y quizás por ello es que podía llevarse bien con alguien como ella, a su manera era también extremadamente hábil en eso de obtener de las personas lo que quería o lo que le debían. —Necesito que estes aquí, que pases el mayor tiempo posible, en aulas, entre compañeros, que aprendas, no lo que te van a intentar enseñar en la escuela, el funcionamiento del lugar— añadió entonces haciendo un movimiento circular con su dedo índice, era hora de explicar que hacían aquí y aunque no le hubiera adelant
