Los recuerdos de aquel fatídico día quedaron escondidos en la memoria de la última de los Salerno, un imperio había sido derrotado por nada; un misterio sin resolver hasta el día de hoy. Ella no supo cómo ni por qué o desde cuando habían estado planeando tal masacre; bien dicen que no dejes a ninguno de la manada vivo porque cuando crezca y tenga las fuerzas suficientes no sabrás de donde llego la mordida. En ese entonces todos eran enemigos, con ayuda de un moribundo Tommy pudo irse y esconderse, no hasta que todo estuviera mejor sino hasta que tuviera los medios para.. la venganza.
simplemente era parte de su acto de dar una buena impresión ante las personas, suspiró de manera tranquila sabiendo que no habría manera en la que aquella visita terminara de forma normal, como esperaba cuando por fin llegaron a aquel sitio les estaban esperando, sonrió de manera natural saludando y levantando la mano para agitarla ante el guardia del colegio, que a decir verdad tenía como máximo unos cuatro años de haber visto la ultima vez claro como un estudiante, eso hacía mas graciosa esa especie de venganza, pasar por aquel corredor como un adulto responsable sonaba a la burla más grande que tendría en la vida.
—Anda, tienes permiso de llegar unos minutos tarde a tu aula, así que por la derecha iremos a la oficina de la directora… Y, ¿No eran esos tus amigos en la esquina del lugar? — Preguntó con naturalidad, admiraba la determinación de su hermanita por meterse en problemas, pero a veces su falta de tacto causaba gracia en él,
