Tenía un compuesto efectivo en el que estuvo trabajando listo para poder ser usado. Y perfecto para flaquear el alma más fuerte en cuestión de minutos.

¡Que maravilloso sería!

— Por aquí, милая . — Inquirió en voz baja guiándola todavía. La bodega finalmente estaba a la vista. Y a cada paso que daba un botón de su robusto abrigo abría dejando ver que utilizaba un delgado y largo vestido. Atado a su cintura y muslo se veían alineadas un juego de botellas de cristal de mediano tamaño. Cada una con un solvente distinto.

— Tu dirás, querida. Tocamos el timbre, entramos a la fuerza o disolvemos la cerradura. ¿Qué prefieres? — Inquirió divertida una vez frente a la entrada de la bodega.

A decir verdad, estaba curiosa por ver en vivo la alabada fuerza de la joven.