Ella preferiría no meterse en esos asuntos, pero de alguna forma siempre terminaba entre esas disputas por saber quién era su preferida, sin embargo, de alguna forma se las arreglaba para estar en buenos términos con las dos aunque eso conllevara a que la disputa fuera eterna.(?) Las ama a las dos, pero es cierto que con Nero tiene un lazo aún más especial por ser la primera persona con la que pudo experimentar muchas cosas diferentes.
Sonrió con cierto nerviosismo luego del toquecito y aquellas palabras. Relajó su gesto y esbozó una pequeña sonrisa.
—Si vas a hablar a Tamamo ¿Por qué no vamos las tres a comer dulces? Invitaré esta vez. Escuché de Tohsaka-san acerca de una buena pastelería, me encantaría ir con ustedes dos.
Complacida por la respuesta correcta, le dedica la sonrisa más hermosa que puede otorgarle, un obsequio del que pocos en realidad pueden gozar.
—¡Por eso te he elegido, Praetor! Tu sabiduría es incomparable.— Con su índice, da un toquecito en la nariz de la chica. —Ahora, llamaré a Tamamo para que le digamos en la cara a quién de las dos prefieres.— Aunque todo se trataba de su competencia absurda con la Kitsune.
