—Todo el mundo piensa eso al principio. Después, cuando me conocen, lo confirman.

Hablaba aún metiéndose papitas a la boca. Luego, rascó su mejilla, se mostró meditabundo, como si un pensar le hubiese invadido de pronto.

—A todo esto... ¿Cómo sabías que yo venía para acá? Dijiste que pediste esta hamburguesa para mí. ¿Me estabas esperando?

— Su atención estaba a su disposición, escuchaba cada palabra que salía de su boca sumando que veía como gesticulaba y se expresaba. Mientras que asintia con su cabeza como dejando en claro que entendía y que estaba de acuerdo con sus gustos. La peliverde tomó una papa frita para comer gustosamente ésta, seguía aún con la temperatura ideal y de sal estaba justo, no le gusta mucho los aderezos así que las comía sola.—

Mjm, interesantes gustos tienes. Pensé que eras aburrido.

—Me gusta lo que le gusta a cualquier hombre.

Terminó la hamburguesa, bastante rápido pese a sus berridos y quejas. La verdad era que tenía más hambre de lo que quería admitir.

—Mucha carne y cerveza, un cigarrillo de vez en cuando, y una maratón de comedias románticas. Ya sabes, cosas bien machas. [?] En fin, ¿tú no vas a comer?

— Mientras oía las quejas de él, su mirada se desvío hacía donde estaba la ventana que daba hacía la vía pública. Se perdió por un instante entre los movimientos y colores que había allí.
Sonrió a medio labio cuando su mirada volvió hacia el rostro de él, aunque se quejaba mucho estaba comiendo lo que ella le compró. Fue amable y apreciaba eso. —

La próxima me dices que te gusta y te lo daré. [?]

—¿Para mí? ¿Desde cuándo como yo esta clase de porquerías? —y a pesar de sus quejas, seguía pegándole de mordidas. Comida gratis era comida gratis, al fin y al cabo. [?]

—Bueno, como sea... Gracias por el gesto. Pero en serio deberías medir tu fuerza con los recipientes de condimentos. [?]

— El arrebato de esa hamburguesa cual no era de ella, más bien la pidió para él y como no conocía los gustos de sí compañero eligió lo primero que le llamó la atención. Aparte no quería admitir pero aplastaba la hamburguesa para mantener esta tibia.
Estando algo decepcionada por no a ver acertado a sus gustos, apoyó sus codos sobre la mesa para sostener su propio rostro.—
Era para ti, quiero que comas todo o la pagarás. [?]

—¿Ah, crees que no haré nada? —cuando ella le limpiaba, sus ojos viraron hacia la mesa, y entonces vio la oportunidad de atacar. Un habilidoso y veloz movimiento de su mano consiguió robar esa hamburgesa. Le dio una mordida con una sonrisa truinfal, pero su gesto rápidamente pasó al de asco y decepción.

—¿¡Una hamburguesa vegana?! ¿Cuál es tu problema? [?]

— Después de tocar y de ensuciar aquel rostro ajeno retiró su mano y con la otra teniendo una servilleta empezó a limpiar con cuidado y usando también sutileza. Podía notar la expresión molesta de su compañero pero le causaba gracia y ternura.— Deja de amenazar, ambos sabemo que no harás nada. [?]

—... —se quedó quieto mientras su rostro recientemente exfoliado y humectado era manchado por esos sucios dedos llenos de condimento. —Me las pagarás. Mi venganza será cruel y devastadora. [?]

¿En serio? —Curiosa llevó su mano diestra al rostro ajeno que por cierto estaba sucia porque le reclamó que la limpiase y no hizo caso, pues, se puso a explorar su rostro tocando su piel pálida.— Uhmm, no sé de qué hablas. [?]