¿Qué será eso? - Ean se mostró más que curioso, pero su expresión cambió a una más pensativa ante la pregunta - Pese que eres peligrosa y quitas almas, me agradas.
Que va, mientras te rías de los chistes que te sacaré en el peor momento, eso basta. - Ean sacó su propia paleta y se la metió a la boca - Ah, y me compres alitas. Con eso.
‐Se enterneció por esa amabilidad, no esperaba ese premio así que se emocionó un poco porque nadie sabía que le gustaba mucho los dulces.‐ Gracias, te lo compensaré.
Nada de eso. - Estaba más que satisfecho por robarle una sonrisa - Tu premio por ser una buen público. - Le da una paleta en forma de pata de gato sabor cereza -
‐Su último chiste fue simple pero admiraba el entusiasmo que ponía en contarlo. Riruka no era de reírse fácilmente pero terminó por sonreír.‐ ¿Acaso eres comediante?
- Ean no se mostró satisfecho por la poca reacción, torciendo ligeramente los labios, aunque retomó la compostura a los segundos volviendo a sonreír - Aquí viene otro. ¿Cuál es el número que no paga por su comida? El cin - cuenta
‐Se cubre el rostro con sus manos para ocultar alguna expresión facial que delate que le causó algo de gracia un chiste tan malo.‐ ... Muy simpático tu chiste.
