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¤ Neevanya Novikova ¤
About Me Notes
About Me
[i]"Mi especialización es la sangre. No diré que pertenezco a la raza de los vampiros y dependo de ella, de hecho orgullosamente aclaro que soy humana; mi pasión va más allá de ello. La he probado, saboreado, e incluso puedo decir que puedo adivinar muchas cualidades y debilidades en otros con una simple variación del sabor, pero con ella también he evolucionado.

Nací en Rusia, en tiempos poco productivos y medievales. En tiempos de hambre, en mi hogar bebíamos sangre animal para mantenernos hidratados, y podría decirse que a mi cuerpo le agradó. Bastaba una pequeña cortada de mis hermanos o amigos para acercarme a ellos y probar otro sabor, y noté que cada uno era diferente. Por supuesto, la sangre tenía que estar tibia, nacer de un cuerpo palpitante, tampoco caeré en la aberración de un deseo retorcido... O quizás ya lo estoy haciendo.

Mi pueblo era tan pequeño que todos nos conocíamos, y todos nos uníamos para sobrevivir. Compartíamos pequeños conocimientos que como un círculo se repetían una y otra vez, pues no había de dónde aprender. A lo único que me acostumbré, fue a conocer el sabor de la sangre. Compartí mi sentir con mis amigos, que al igual que yo, necesitábamos una manera de crecer. Éramos siete contándome, y los siete estudiamos la sangre.

Con el tiempo, noté que dejé de envejecer. También, mi cuerpo obtenía una vitalidad única y una resistencia superior. Cuando me acercaba a la sangre pasaba largos tiempos de ayuno y dejé de sentir la necesidad del sueño, pero cuando me asustaba y volvía a una vida común, volví a dormir.

Mis sueños se volvieron cada vez más profundos y largos, semanas enteras pasaban y me perdía de mucha información, descubrimientos e incluso de las reuniones con mis hermanos del vitae, así que volví a apoyarme en la sangre. La obtenía bajo pretextos medicinales, o de furtivos momentos con alguien lo suficientemente desorientado como para no percatarse de un pequeño corte.

Mi período no volvió jamás. Me dí cuenta de que era imposible que me convirtiera en madre, así que abandoné la esperanza de que a mis treinta años, aún con una imagen joven y bonita, pudiese encontrar un esposo. Después de ese momento, me entregué completamente al estudio de la sangre, y todos mis hermanos me siguieron. Nos convertimos en humanos longevos que inculcaban respeto, y con ello nació la Realeza, como nos comenzó a llamar mi pueblo y después, los humanos que tuvieron la fortuna de conocer nuestro mito.

No dejé de probarla, aunque tuviese que tomarla a la fuerza. Bebí, y bebí como nunca, herí por ello y gracias a ello conocí. La sangre comenzó a obedecerme, y verdaderamente comencé a cambiar. Tenía tantas cosas dentro que mi cuerpo ya generaba fuerza, quién sabe de qué personas probé pequeñas porciones de energía que mi cuerpo se adaptó a cada una de ellas, y creó. La sangre me obedeció, y con ello la carne y el hueso también lo hizo. Podía moldearla, y la sangre también, bajo una conexión con mi mente, también vivió.


Me dí cuenta de que la sangre era un historial de energía en cada ser, y mi obseción creció, quería obtenerlo todo. Gracias a mi nuevo poder, tomé todas las formas que quise, me acerqué a grandes personas e incluso, puedo presumir que aunque muchos no me reconocen, fui parte de muchos eventos históricos, conocí a criaturas impresionantes a las cuales serví con fidelidad y coloqué a sus pies mi poder y protección, hasta que probé un sorvo de una sangre que cargaba algo más que simples chispas, bebí oscuridad de su fuente.

Desaparecí de la tierra largos años, decepcioné a mis amos, mis hermanos se sintieron traicionados y después de un par de siglos, volví. Mi cuerpo tardó demasiados años para adaptarse a esa energía, y ahora que he vuelto... Sé que he cambiado de nuevo.