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Rol con: Kassia
<<Cena en invierno.>>
 
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NdV1572328 · M
Era una broma, en realidad él ya no la veía como una amenaza ni como un problema, solamente quedaba en su ser la intriga y las ganas de salir bien parado de esa situación que no había buscado. Bebió un poco del líquido extraño que habían dejado sobre la mesa y se aclaró la garganta después, en aras de continuar hablando: —Cuando llegué aquí no fui bien recibido, de hecho sentí tanta hostilidad como miedo... Y no solamente por mi apariencia original, sé reconocer la impresión que causo. Dígame, Regina, ¿qué los ha puesto tan a la defensiva contra los seres del exterior? He podido compro ar en este corto lapso de tiempo que son un pueblo pacífico.
NdV1572328 · M
Por supuesto, la debilidad del sistema digestivo de los humanos no les permitía alimentarse sin antes retirar las bacterias de sus alimentos. La ironía de la supervivencia de una especie que carecía de factores tan importantes para acrecentar su longevidad, a veces el dragón se cuestionaba seriamente cómo es que habían llegado a colocarse en -casi- la cima de la cadena alimenticia; no eran las únicas criaturas pensantes en la tierra y, sin embargo, sí eran de las pocas que combinaban eso con una unidad comparable a la de las hormigas. Níðhöggr siempre había andado por el mundo en soledad porque su raza no permanecía en grupo... Tal vez por eso estaban a punto de la extinción, quién sabe.

—Mientras más paso tiempo en sus dominios, más pienso, Regina —murmuró antes de tomar otro bocado y degustarlo con sorprendente ahínco—. Pero me temo que tiene razón, necesita más que una comida para redimir sus actos tan bárbaros del pasado.
ssin1563614 · 26-30, F
Una pausa notoria se apoderó de la arcadiana junto a un gesto sorpresivo. ¿Cuánto llevaría aquel dragón sin probar bocado? Lo cierto era que verlo degustar una cena “sencilla” le arrancó una pequeña sonrisa.

—...naturaleza. Es lo que un dragón come, ¿o me equivoco? — Tras un suspiro liviano, se hizo del vaso a un costado y dio un sorbo al agua, no obstante, el último comentario del dragón mezcló el descender de la bebida con una nueva risa. El resultado de ello fue una pequeña tos.

— ¿Perdón? — Soltó al recuperar la compostura — ¿Me cree capaz de mandarlo a la cocina, Hög? Veo que la imagen que generó de mí en nuestro primer encuentro me perseguirá como una sombra por el resto de mi vida. —
ssin1563614 · 26-30, F
— Sería poco saludable no cocinar ciertos alimentos. La carne, por ejemplo — Para Kassia era de lo más cotidiano cenar en silencio, sola en ese amplio salón. Pero la compañía de Hög, por extraño que fuesen sus comentarios describiendo la vida humana, le pareció agradable. Además, hablar con él le resultaba tan fácil que se preguntó por qué no podía expresarse con tanto ánimo hacia su pueblo. Las palabras de aliento fueron desgastándose en los meses que llevaba al frente de la nación que a veces pensaba que la credibilidad en ella comenzaba a desvanecerse.

— Es cordero. Me pareció apropiado añadirlo como platillo principal dada su...— {+}
NdV1572328 · M
Volvió a curvar los laterales de su boca, aunque no por lo dicho, sino más bien por la idea tan irreal de que un ser tan frágil y pequeño pudiese vencerlo en su forma original. Tenía que admitir que así no era una presa tan difícil y por ello odiaba cuando su cuerpo se transformaba, pero ningún humano antes había tenido oportunidad contra él, ni siquiera los más aguerridos. En sus ojos brillo una chisp de soberbia al rememorar días del pasado, casi había olvidado el motivo por el que no había salido de Arcadia en primer lugar.
NdV1572328 · M
El humor con el que la Regina había tomado su comentario fue extrañamente refrescante y lo incitó a ampliar su sonrisa, cosa que usualmente nada ni nadie podía hacer. Las mujeres se colocaron después a los costados de la puerta y, tras un segundo de duda, desaparecieron en el umbral; Níðhöggr esperó a que realmente estuvieran solos para tomar asiento y permitirse probar uno de los aperitivos que descansaban sobre los finos platos, su paladar se hizo con un pedazo de carne de exquisito sabor y tan jugosa que no extrañó para nada salir de caza en su forma de dragón.

—Ustedes los humanos cocinan sus alimentos y siempre pensé que era innecesario. Ahora veo que no —mencionó apenas terminó con su bocado, solamente una vez en el pasado había sido testigo de la comida humana y no era tan buena, según podía recordar —. ¿De qué animal es esta carne? Espero que la defensa de la que habla no me haga ser el próximo sobre la mesa, Regina, me temo que no tendría tan buen sabor.
ssin1563614 · 26-30, F
— En caso de que desista a mi petición, estoy perfectamente capacitada para defenderme. Le aseguro que saldría temblando. — Tras jactarse de sus ‘espléndidas’ habilidades defensivas, estiró una mano, haciéndose cuidadosa de la taza con té de menta que dejaron frente a ella.
ssin1563614 · 26-30, F
— Oh... — Kassia miró de soslayo a la servidumbre que reaccionó con temblores de manos y cubiertos mal colocados en la mesa. A diferencia de ellos, la Reginâ tomó con gracia el comentario de Hög. Suspiró suave, a ello le siguió una pequeña sonrisa, dejando que sus pasos la condujeran a su respectivo asiento.

— Le aseguro, Hög, que seré la única persona presente en esta sala. Le pido de la manera más amable y atenta que abstenga ese primordial deseo por hacerme su cena. — Las mujeres que adornaban la mesa se miraron entre sí, dudosas si llamar a más guardias que flanquearan la entrada al salón, dispuestos a proteger a Kassia en caso de que las palabras del visitante resultaran verídicas.

{...}
NdV1572328 · M
Avanzó, mirando por encima del hombro de la Regina y abriéndose paso ante una sala repleta de manjares y servidumbre apresurada. El dragón se sintió diminuto —algo nuevo en él— ante la mirada fija de la mayoría de los presentes que, sin duda, temían que la ira se apoderara de él y se transformara nuevamente en dragón para incinerarlos a todos. Y aunque nadie quería eso más que él, lastimosamente aún no sentía en su ser el posible cambio.

—Cenaremos en soledad, ¿cierto? —cuestionó, mirando a Kassia de reojo y recuperando la compostura para andar nuevamente con paso firme hasta la mesa. —Verá, Regina, no suelo alimentarme ante el escudriño de los humanos porque, a veces, ellos mismos son mi cena —dijo eso último unas octavas más alto de lo normal, pero fueron suficientes para que todos entendieran y volvieran a andar, más apresurados que nunca por alejarse del mueble.
NdV1572328 · M
Lo cierto era que lo que Kassia le me había comentado no era poco común. El amor era un sentimiento que los humanos experimentaban de distintas maneras, pero con una intensidad tal que podía consumir reinos u obsequiar vida. Níðhöggr consideraba que tal emoción los hacía inferiores y por ello prefirió callar ante lo dicho por Kassia, dejando de la pregunta volara por los aires sin respuesta aparente.

Se sorprendió a sí mismo al encontrarse en el sitio indicado tan pronto, era relativamente corta la distancia desde el sitio en el cual se había perdido hasta el salón que buscaba; sin duda se sintió un tanto avergonzado, otra sensación nueva en él. ¿Cuántas más le iba a ocasionar su estadía en Arcadia? Comenzaba a despreciar la similitud que tenía a los humanos en esa forma.

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