- S,-Si, muchas gr-grac-ci-ias, por su ayuda. -Respondió apenas conmovida aunque eso significa tener un poco de paz en su estabilidad emocional. Sapphire se recargó a lo largo del sillón mientras la mujer se retira dejándola a solas.-

-Gio, está vez nosostros triunfaremos a pesar de todo lo malo. -Estaba más calmada, mientras sustrae de su uniforme algunos billetes de baja denominación económica pero que había guardado como muestra de pago por aquel favor..-

-Todo saldrá bien. -Añadió en último mientras la puerta se abre, entrando un sirviente que trae el mandato.-

-Gracias. -Mencionó con dulzor comenzando a beber del te y entrando en un apacible clima -

-Por un momento la reina creyó que el problema que había llevado a la pequeña a aquel palacio era algo mayor, pues el me aventurarse a un reino desconocido representaba un gran reto, ante si confesión, se quedó mirándola al menos un par de segundos antes de sonreír, buscando un tono comprensivo en su voz -

Si bien la magia puede ayudar, está no va a resolver todos tus problemas, pequeña, así como debes abrir un libre y aprender distintos temas de cultura general, la magia tambien debe ser aprendida, estudiara y sobre todo tradada con respeto.

-Se puso de pie y le acaricio los cabellos -

Buscaré el modo de ayudarte, con lo que me pides, ahora, debo cambiarme, mi vestido se ha manchado, tu espera aquí, pediré que te traigan té y panecillos de miel ¿Te parece?

-Necesito ser más lista e inteligente. Sé que la magia es capaz de hacer que aprendas todo sin la necesidad de abrir un libro o hacer esas aburridas tareas. -Explicó a detalle, tomando asiento en el lugar que le asignaron y comentando su gran preocupación.-

-Además, necesito hacer venganza con mi amigo, sólo con todo el conocimiento podré ayudarlo a él y a mi. Las niñas debla escuela son malas, pero nunca se les dificulta el estudio, son más inteligentes que yo. -Inclinó su mirada con nostalgia y gran pesar.-

-Le escucho atentamente como solía hacerlo con sus hijos pequeños al notar que se detenía un poco tomo a la menor de la mano con suavidad y la guiaba por las habitaciones, hasta que estuvieron en una de las salas de descanso, al llegar ahí abrieron las puertas para ellas, y la mujer la hizo pasar para tomar asiento en uno de los sillones, acomodándose a su lado -

Ya veo, así que Sapphire, es un bello nombre. Dime pequeña ¿Para que necesitas mi ayuda?

- Descanso ambas manos sobre su regazo y prestaba total atenciones la infante, pues como era común en ella haría lo posible por socorrerla, si estaba en sus posibilidades -

- N-no, no importa... después podemos lavarlo, lo importante es que ya no duela. -Dijo deseando que aquella herida cierre, así mismo siguió a la mujer a paso ligero y viendo toda la hermosa fachada de aquel castillo.- -Soy Sapphire, vengo... de... ése lugar horrible, está un poco lejos, pero es mejor afuera. -Mencionó sin brindar mayor detalle por razones que simplemente desconoce, es decir, hace referencia al internado pero no posee las palabras para brindar la ubicación exacta que responda a la pregunta de la mujer, después continuó.-

-Los libros de lecturas hablan de éste lugar, quise conocerlo porque es mágico, y porque... necesito su ayuda. -Detuvo instantáneamente sus pasos, apenada por su petición y pensando que había sido lo suficientemente osada para pedirle a la mujer ése favor, pero la necesidad, el miedo y la desesperación toca a su puerta.-

Ya veo, no debiste hacerlo, no era la gran cosa, pero pudo hacerte daño

-Le sorprendió brevemente que la pequeña pusiera aquel pañuelo en su herida, está no era muy grande había sangrado lo suficiente para manchar su ropa, retiro el paño con suavidad -

Habrá que lavarlo, se ha manchado, ven puedes acompañarme y decirme de dónde vienes pequeña y cuál es tu nombre

-Una notoria conmoción se dibujó en su rostro, seguido del arrugar el tabique de su nariz y un encantador puchero. Inmediatamente, Sapphire sintió un incómodo vacío en su estómago y gran preocupación por la mujer.-

- Y-Yo,... Seguí a ese hombre... Porque, deseaba mucho entrar a verla, espero me disculpe. -Comentó mientras sustrae un pañuelo del bolsillo de su indumentaria con la intención de "curar" y retirar esa sangre que proviene de la hendidura recién hecha.- -.... -Guardó silencio en todo momento, estando ahora apenada con la mujer y preocupada por la situación embarazosa que la mujer tuvo que someterse.-

No se inmutó, como ella había dicho no cualquiera podría llegar a su encuentro, pero le gustaba tenerlos cerca, así podría verlos a los ojos cuando tuviera que acabar por ellos. Fue la voz de la niña la que cambio su extensión ¿ Que hacía una infante en el castillo? Volvió rápidamente su vista a la menor, descuidando a su atacante solo un par de segundos, los suficientes para que esté dañará su nivea piel con la espada, pero nada de gravedad.

Se puso de pie tan rápido como pudo y extendiendo su mano hacia él, lo congelo en su posición, dejandolo inmóvil antes de acercarse a la infante -

¡Guardias!

Habló con autoridad, y estos entraron en la habitación, mirando al atacante y a la menor -

Desahogarse de él

-Se acercó a al menor y extendió su manos hacia ella-

Hola...¿Cómo entraste al palacio, pequeña?

-Su mirada y voz tenían un tono cálido, pese a que su ropa estaba manchada de su propia sangre-

- ¡No, por favor no la mate! -Una voz pequeña y dulce se escuchó en eco y en señal de protección a la bruja de platinada cabellera.- -Esa bruja no es mala, no tienes derecho a matar alguien que no comete actos malévolos. -Inquirió en defender más a la mujer ahora amenazada por la mortifera espada que roza cerca del cuello.-

-.... -En esos segundos de tensión, Sapphire busca la forma de defender a la bruja, cuya belleza y temple son exactamente iguales a las historias que relatan su existencia, de alguna u otra manera había logrado llegar hasta ahí.-