Se tomó un tiempo darles alcance, y para cuando llegó pudo notar aquella lanza golpear hasta empujar a la criatura contra el muro. Había que contenerla de algún modo, por lo que rápidamente pensó en algo totalmente revolucionario. Extrajo el violín de su estuche y se coloco en posición.

— Espero funcione...

Dijo para así dar inicio de manera inmediata a rasgar las cuerdas con velocidad y precisión con el arco, la pieza era el famoso Tercer movimiento del Verano, de Antonio Vivaldi. Una interpretación tan apresurada que, junto a esta, un aroma a hojas quemadas comenzó a percibirse, efecto de su aura al activarse en un tono dorado que paso a rojizo paulatinamente. Su mirada se enfocó a la criatura para así crear un efecto paralizados que la música creaba, producto del aumento de las vibraciones que creaba, junto a una corriente de aire caliente.

Se había tomado un tiempo en alcanzar a la criatura y a la mujer, durante su llegada, aquel pudo notar la dificultad que había por enfrentarse de cerca, por lo que del estuche que llevaba consigo extrajo su violín y comenzó a rasgar las cuerdas con su arco.

— Espero funcione...

Dijo para después comenzar a interpretar el tercer movimiento de verano, de Antonio Vivaldi; aunado a su aura que de comenzaba a manifestar en un tono dorado al inicio, cambiando en un segundo a un tono rojizo, mientras un tenue aroma a hojas quemadas comenzó a inundar el lugar, haciéndose cada vez más intenso junto a las veloces notas de la melodía. Pero eso ko era todo, pues un efecto paralizante se haría presente enfocándose a la bestia con forma de gárgola, un efecto paralizante en conjunto de una onda de aire caliente.

@Ｓａｉｎｔ Ｇｅｒｍａｉｎ: -Se detuvo en seco para enfrentar aquella bestia, invoco una lanza en sus manos para así atacar a dicha criatura con fuerza antes de que hiciese más destrozos en el área-

Ahora verás...-Se lanza a atacarlo con el arma, este responde con chillidos y golpes de su larga cola la cual en una de esas le impacta de costado impactando en una pared-

@Natsuki Leing:
Qué violento era el estruendo que resonó por los cielos, en verdad no era algo natural aquel acontecimiento, ya que en el lugar de su impacto, una bestia apareció interponiendose a este mundo y dando aviso con su presencia y su peculiar chillido. Chillido que emitió y peligroso resultaría a aquellos que se encontrasen cerca.

Él por su parte tapó sus oídos, ¿Qué estaba pasando?— ¡Ugh!— ¿Cómo es que de pronto había aparecido semejante monstruo en aquella tranquila ciudad? Alguien andaba jugando con fuego. Corrió detras de aquella cosa, buscando respuestas y la forma de detenerla a que siguiera ocasionando más destrosos. — ¿Qué rayos es eso?—

@Ｓａｉｎｔ Ｇｅｒｍａｉｎ: -El estruendo no se hizo esperar, aquel rayo que había caído cerca suyo revelo la apariencia de una criatura de dos cabezas, tenía cuerpo de una especie de gárgola y con alas esta bestia estalló un chillido que podría dejar sordo a cualquiera. La mujer se cubrió los oídos naturalmente cuando este gritó, luego ella empezó a correr antes de que la bestia reaccionara y empezara a atacarla-

Rayos, rayos, rayos... -Decía para si misma mientras corría, la bestia lanzaba al parecer rayos por igual lo cual ella esquivaba al tratar de escapar-

Regresó por un momento a la sala, no se iba a olvidar de su fabuloso violín, no podía dejarlo todo un fin de semana en aquel sitio, se llenaría de polvo, y seguramente los de mantenimiento no tendrían el suficiente cuidado como para moverlo o guardarlo. Tomó su estuche y se dió a la tarea de seguirle.

Bajó las escaleras apresuradamente, en la calle, no se veía a la vista indicio alguno de aquella mujer, sin embargo, eso no quería decir que le hubiese perdido el rastro. Todo acto mágico dejaba siempre algún rastro de su energía.

— ¿Oh? Ahí está...— En la calle no tardó en distinguir algunos de esos rastros, parecían leves polvos de brillantina, aunque para los humanos normales eran imperceptibles... Comenzó a correr siguiendo a lo que parecía conducirle a su "admiradora numero uno".

-A paso apresurado la mujer fue alejándose del área mientras las nubes se iban acumulando en el cielo, creando una tormenta eléctrica al parecer. La mujer se adentró a un callejón tratando de invocar de nuevo la pequeña habichuela para abrir un portal-

Vamos...vamos...apresurate...tsk maldita sea...

-Aquella invocación no se logra hacer y el estruendo se escuchó cayendo un trueno cerca de ella, se cubrió con un campo de energía que ella misma invocó-

Tremendo imprevisto fue, al ver cómo el firmamento cambió sus colores claros por un gris oscuro, anunciando con ello algún infortunio, aunque... Vagamente recordaba que el pronóstico del clima había anunciado algo de precipitación leve. No obstante, aquellas nubes parecían más de tormenta.

"¿Oh? Parece algo serio."

Pensó tras escucharle ¿Qué o quién la había encontrado? Se preguntaba curiosamente, al tiempo en que tomó su libreta con sus notas personales y se apresuró a seguirla, quería asegurarse de que ella estuviese a salvo, aunque... parecía tener el poder suficiente para ello. Unicamente, quería confirmarlo.

-Una vez teniendo la forma esta parecía una habichuela transparente la cual iba a lanzar frente a ella cuando un estruendo se escuchó y alzando la vista pudo ver que el cielo se oscurecía-

Rayos…me han encontrado -Comentó algo molesta guardando la habichuela y empezar a correr para esconderse de lo que podía salir de entre las nubes negras en el cielo-

Se quedaría en su pose junto al piano, viendo la silueta desaparecer en las escaleras. Aquel joven virtuoso se acercó lentamente a la ventana, asegurarse quería que la sama llegase con bien. Discreto fue al asomarse por el borde inferior mientras se acervñcaba al cristal, más una pícara sonrisa se dibujo en su faz al ver peculiar espectáculo desde la altura. Algo descomunal había ocurrido, más sorpresa no se expresó.

En silencio observó y escuchó, guardando el secreto para si mismo, al tiempo en que regresó al salón para tomar sus pertenencias y marchar hacia su lugar de reposo.